Por las inclemencias del tiempo el acto del 212º aniversario de la Revolución de Mayo de 1810, cuando comenzó a gestarse el nacimiento de la nueva Nación, se modificó y se realizó en la Casa del Bicentenario, al que lo encabezó el intendente, José Irigoyen, y un nutrido número de funcionarios y vecinos, tras dos fechas patrias sin poder congregarse por las medidas sanitarias contra la pandemia del Covid-19.
En ese lugar de la ciudad que fundó el general Manuel Belgrano, la Banda Militar Fuerte Sancti Spiritu interpretó el Himno nacional y luego, el pastor de la Iglesia evangélica Betel, Fortunato Cardozo realizó una invocación religiosa.
El Intendente en su discurso resaltó, entre otras sustanciosas consideraciones, que no sólo se debe evocar aquella gesta histórica, «también es necesario recordar las palabras de Saavedra, la claridad ideológica de Moreno, la oratoria de Castelli y la abnegación de nuestro fundador, el general Manuel Belgrano» y «así, conmemoramos la presencia y perseverancia de un pueblo que reclamaba sus derechos y participación, para el destino propio de la libertad».
«Esos valientes patriotas de aquel tiempo querían un futuro libre y soberano, donde pudieran contribuir con sus saberes y lograr aquella tan ansiada Nación independiente», relató para subrayar que «así fue que aquel 25 de Mayo se comenzó a gestar nuestra emancipación ¿Y de qué forma lo han hecho? A través de una revolución que abrió las puertas al destino de un pueblo libre».
«Eso es lo que conmemoramos: el valor, el sacrificio y la abnegación que marcaron el camino que hoy transitamos», sintetizó.
TE DEUM
Al finalizar ese acto y depositar una ofrenda floral a los pies de la pirámide de la plaza General Belgrano, las autoridades civiles, de seguridad y militares se congregaron en el templo de Nuestra Señora del Pilar, en donde el sacerdote Ariel Giménez brindó el mensaje, durante la acción de gracias en el Te Deum (del latín «¡A Tí, Dios!»), en torno a lineamientos del Papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti, en los que pondera la figura de San Francisco de Asís, por lo que invitó «a evitar toda forma de agresión o contienda y a vivir un humilde y fraterno sometimiento» como lo hizo el Santo, «incluso ante quienes no compartían su misma fe; él comunicaba el amor de Dios sin imposición de sus ideas».
El Párroco, advirtió además que «nadie puede pelear la vida aisladamente; se necesita que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia adelante, es importante soñar juntos. Soñemos como hijos de esta misma tierra bendecida por nuestra Señora del Pilar que nos cobija y fundada por Manuel Belgrano, soñemos todos hermanos», clamó. Y más adelante añadió: «Es posible anhelar un planeta con tierra, techo y trabajo para todos», manifestando así otra expresión de la encíclica del Papa y apuntó entonces que «queremos una Argentina verdaderamente inclusiva y la pregunta es simple y profunda a la vez: ¿Qué puedo hacer yo desde mi lugar para que tierra, techo y trabajo estén siempre presentes en cada familia».
Tras la celebración, que demanda de ahí en adelante el compromiso de todos los ciudadanos y en especial de quienes administran los bienes públicos para lograr el bien común, se procedió a proclamar la alabanza de acción de gracias.
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