MONTE CASEROS. El pasado martes 28, se conoció la triste noticia del fallecimiento de Arminda «Nincha» Elena Rosbaco, docente, escritora y dramaturga, conocida por su trabajo por la cultura y educación.
Nació en Monte Caseros el 18 de agosto de 1931. Se recibió de maestra y profesora en Letras y ejerció la docencia desde 1953 hasta 1993. Fue rectora del Colegio Nacional Ramón J Cárcano durante 28 años, con una breve interrupción entre 1980 y 1984, durante la Dictadura Militar, según reseñó Monte Caseros Online.
EL LIBERTADOR publicó en una edición de marzo de este año su último homenaje en vida, realizado por la Sociedad Argentina de Escritores (Sade) y el Centro Cultural y Ecológico La Casa Azul de la Capital correntina.
En esa ocasión, se destacaron su exquisita sensibilidad y su capacidad de liderazgo, que la colocaron a la vanguardia de experiencias y políticas hacia la niñez en el país y la región. Su amor por la filosofía la hizo generar iniciativas para hacerla accesible a todo aquel que quiera y desee encontrar las especulaciones fundantes de la visión del mundo.
DESPEDIDA
Tras conocerse la noticia de su partida, Alejandro Bovino Maciel dedicó unas palabras para ella, compartidas por Momarandú.
«Pensar en Monte Caseros fue, para mí, pensar en Nincha Galantini. Ella era imprescindible. Hoy me avisan que falleció. Ya, desde la muerte de su hijo Eduardo hace unos dos años, Nincha no volvió a ser la misma. El dolor la fue envolviendo en esa pátina de la desgracia cuando se nos hace carne lentamente, y corroe el alma», comenzó.
«Eduardo falleció en forma repentina y Nincha, quien fuera su puntal de fortaleza, cayó vencida con él. Nunca se recuperó, aun cuando fue una mujer valiente que hizo de la lucha un principio para la defensa de sus ideales de justicia, armonía y educación», contó.
«Enseñó a través del ejemplo, que es la pizarra preferida por cualquier alumnado en cualquier sitio del mundo: la coherencia entre lo que se dice, lo que se piensa y lo que se hace. Algo siempre muy difícil de conseguir, pero que a Nincha le era connatural», manifestó.
«Le digo adiós a esta queridísima señora que me hizo el honor de ser mi amiga. Hasta siempre, mi querida Nincha Galantini», concluyó.
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