La familia de Matías Chirino pidió la detención de los 11 oficiales que participaron del “bautismo” trágico en el Ejército, y que sean imputados por homicidio y no por abandono de persona. “Le arrancaron la vida y le derrumbaron el futuro”, dijo el padre.
“Era un chico maravilloso, con un futuro enorme en el Ejército. Ellos le arrebataron ese futuro”. Desde aquella mañana del 26 de junio en que recibió la más dolorosa de las noticias, Ezequiel Chirino busca explicaciones y no las encuentra. Su hijo, el subteniente Matías Chirino (22), murió a raíz de una broncoaspiración mientras dormía tras una fiesta de iniciación en el Grupo de Artillería de Monte 3 de Paso de los Libres (Corrientes).
Según la acusación, el joven fue obligado a beber alcohol en exceso y sufrió diversos maltratos. Aunque el hecho fue investigado inicialmente como abuso de autoridad y abandono de persona, la querella reclamó un cambio de carátula a homicidio simple y la detención de los 11 oficiales denunciados. Así lo confirmó a TN el padre de la víctima.
“Me lo mataron, no hay ninguna duda. Lo supe desde el principio y vivo con un dolor inmenso en el alma. Estoy todo el tiempo haciendo trámites por la causa y todavía no pude caer. Siento que tampoco me lo puedo permitir, porque trato de ser un poco el sostén de la familia”, dijo Ezequiel.
Matías Chirino era originario de Holmberg, Río Cuarto (Córdoba), y luego de egresar del Colegio Militar en diciembre había sido destinado a Paso de los Libres para los primeros cuatro años de su carrera en las Fuerzas Armadas. “Apenas llegó, averiguó sobre un gimnasio y una academia de inglés para seguir formándose. También buscaba lugares para dejar el currículum de su novia, Valentina, que se está por recibir de contadora. Tenían el proyecto de vivir juntos en Corrientes”, contó.
Los sueños de Matías se truncaron en un ritual trágico “y prohibido, porque es importante dejar bien claro que estaba prohibido hacer lo que hicieron”, remarcó Ezequiel, que presentó como prueba del maltrato sufrido por su hijo una serie de chats de WhatsApp. Allí, los oficiales involucrados le exigen a Matías que los invite a un asado y compre “cerveza Corona, whisky Jack Daniel’s y vino Rutini”.
El subteniente debía incorporarse a la unidad militar el lunes 27 de junio, pero los oficiales le reclamaron que lo hiciera antes para darle una “bienvenida”. Ezequiel Chirino había viajado junto a su hijo a Paso de los Libres para acompañarlo en el inicio de su misión en el Ejército.
“Ese mismo sábado estábamos almorzando y armaron el WhatsApp. Ahí ya vi la forma en que lo trataban y le recomendé hablar con un superior, pero él me dijo que no, que no quería arrancar mal con los oficiales con los que iba a convivir”, recordó. Y agregó: “Ya se va a dar a conocer la totalidad de esos chats en los que degradaban a mi hijo”.
Ezequiel se había alojado en un hotel de la ciudad correntina. Y como el domingo era el Día del Padre, Matías le propuso un plan: “‘Quedate conmigo, comemos algo al mediodía y después te volvés a Holmberg’, me pidió. Yo le iba a dejar el auto para que se pudiera mover ahí. Y no me puedo sacar de la cabeza lo que me dijo antes de irse: ‘Te juro, viejo, que estoy cagado de miedo’”.
FUENTE: TN