Con la pos pandemia, los casos de acoso escolar se han incrementado en los diferentes establecimientos educativos. A su vez, profesionales especializados señalaron que la problemática se generalizó aún más entre los adolescentes, y en circunstancias padres, docentes o directores minimizan el conflicto.
Es por eso que, la ONG Bullying sin Frontera, mediante un informe de su autoría, advirtió que siete de cada diez niños y niñas en la Argentina sufren Bullying y formas de violencia escolar. Dicha entidad, con alcance internacional, inclusive posicionó al territorio argentino entre uno de los países con más casos en el mundo.
Mediante su informe anual realizado entre 2021 y 2022, denunciaron oficialmente alrededor de 14.800 casos nuevos. Es decir, un 20 por ciento con respecto al 2019 (12.300 situaciones declaradas).
También dieron a conocer un listado de estadísticas por cada provincia, posicionando a Corrientes con una cifra del 3 por ciento. Este índice es liderado por la Ciudad de Buenos Aires con el 18 por ciento, y Buenos Aires, con el 14 por ciento.
TEMAS EN ENCUESTA
En su encuesta, especialistas de la ONG remarcaron que «los flagelos siguen dañando a niños en edad escolar, desde los cuatro a los 18 años», y agregaron que «el escenario se vuelve más peligroso en relación al ciberacoso o ciberbullying, porque ahí las víctimas potenciales tienen entre cuatro y 104 años; es decir todos aquellos y aquellas que utilizan las redes sociales de Twitter, Facebook, Instagram y Whatsapp; denominadas internacionalmente como «las cuatro tóxicas».
«Un enemigo silencioso que se nutre de la soledad, la tristeza y el miedo»
Como «un enemigo silencioso que se nutre de la soledad, la tristeza y el miedo», lo definió en la elaboración del informe, el abogado experto en Asuntos de Derechos Humanos y Protección de la Niñez y cofundador de la ONG Bullying Sin Fronteras, Javier Miglino, donde recordó al Bullying o acoso escolar como la forma de comportarse o dirigirse a otra persona, siendo de forma verbal o física, causando un daño temporal o permanente en la víctima.
El especialista indica que la problemática «constituye un tipo de hostigamiento reiterativo de una o más personas hacia sus semejantes, en el cual la víctima sufre de amenazas, intimidación, manipulación e inclusive agresiones físicas, por eso se trata de un enemigo silencioso que se nutre de la soledad, la tristeza y el miedo». Además lamentó que «la problemática del acoso escolar o Bullying y del acoso cibernético o ciberbullying, causa al año más de 200 mil muertes en todo el mundo».
En este sentido, advirtió que «cada vez se reportan más casos de hostigamiento y abusos en las redes sociales de Facebook y Twitter, donde los trolls no discriminan entre menores y mayores». Resaltó que este año está caracterizado por una mayor violencia en las escuelas, de la mano del trauma ocasionado por el encierro entre 2020 y 2021, debido al Covid-19, y por la falta de incentivos en los niños del Nivel Primario y en los adolescentes del Nivel Secundario a realizar actividades de ocio y de juego en los establecimientos educativos. «Los chicos de 4 a 18 están cada vez más conectados a las redes sociales y eso agrava el Bullying».
Protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes
La Ley 26.061 protege a niños, niñas y adolescentes hasta los 18 años para que puedan disfrutar y ejercer en forma plena y permanente todos los derechos reconocidos por las normas nacionales y los tratados internacionales de Derechos Humanos.
En la escuela, esta ley básica cumple un rol fundamental ya sea para la promoción como en la protección integral. La misma les otorga herramientas adecuadas para su plena construcción de su ciudadanía. De esta manera, se convierte en un actor por excelencia para la detección de conductas que restringen sus derechos, como así también en la advertencia temprana de abusos y/o maltratos.
LOS DERECHOS A RESPETAR
Se detalla que los derechos de las personas menores de edad son: a que se proteja su vida y se respete su intimidad; a no sufrir humillaciones ni abusos de ningún tipo; a que se respete su honor y se proteja su imagen; a que se respete la forma de ser de su lugar de origen; a gozar de los beneficios de la seguridad social; a hacer deporte, a jugar y disfrutar de un ambiente sano; a la salud; a recibir educación pública y gratuita en todos los niveles, respetando su derecho a ingresar y permanecer en una escuela cerca del lugar donde viven; a expresar sus opiniones en la familia y que sean tenidas en cuenta tanto en la familia como en la escuela, considerando su grado de madurez; a asociarse con fines culturales, deportivos o políticos siempre y cuando esas asociaciones o grupos estén sólo integradas por niños, niñas o adolescentes; entre lo más destacados.
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