Por la caída de precios en el mercado y la suba desmedida en el circuito de elaboración, venderán los cajones a bajo costo, o regalarán los frutos en el ingreso a la localidad. En junio, tiraron limones al costado de la ruta.
05-POLITICA-11Productores tomateros de la zona de Goya se concentrarán hoy -por la mañana- en la rotonda de ingreso a la localidad para vender sus productos al precio que la gente pueda pagar, o regalarán los cajones, para no arrojarla a la basura.
Al no tener salida a los mercados urbanos, y no poder cubrir sus costos de producción, la situación se ha vuelto desesperante. Como salida alternativa y no desperdiciar las frutas, harán una movida comercial y mediática, a la vez de recuperar algo lo invertido; aunque no son optimistas en cuanto a las posibilidades de reactivación.
A 30 pesos el cajón de 20 kilos, los productores correntinos regalan sus tomates cuando venden a la insólita suma de 1,50 pesos por kilo en cualquier mercado, siendo que en el supermercado del centro correntino la gente paga entre 60 y 70 pesos.
Vale recordar que a principios de mes muchos de estos emprendedores decidieron tirar sus tomates (unos 7 mil kilos) al costado de la Ruta Provincial 27, en Santa Lucía, zona de mayor producción hortícola de Corrientes.
Los videos y las fotos que trascendieron del hecho muestran a una economía regional que está en una crisis cada vez mayor. Esta es la segunda vez que lo hacen; anteriormente, fue en octubre de 2016 cuando arrojaron toneladas de tomate al advertir que la situación económica los iba a perjudicar.
En este sentido, sostienen que el precio del gasoil que usan para sus tractores y camionetas subió 75 por ciento desde enero de 2021 a la actualidad, pagando fortunas el litro en el Interior correntino. Es un costo que encarece el trabajo diario y el flete para poner los cajones de tomates en cualquier mercado.
Desde organismos nacionales -y con una economía en rojo- analizaron la situación con expertos en la producción de tomates y pequeños y medianos productores de Santa Lucía, Lavalle, Goya y otras zonas que muestran crudas señales de deterioro en las economías regionales. Hasta el momento, la respuesta fue nula.
En el horizonte, los productores no observan ninguna señal positiva porque el precio del tomate nunca estuvo regulado y saben que el gobierno de Alberto Fernández considera que todo debe quedar en manos de los costos y precios que imponga el mercado sin que el Estado intervenga.
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