Sin información oficial y sin que existan temas controversiales en el temario del orden del día, sorpresivamente llegó la orden de Salta esquina Mayo de que los senadores oficialistas no debían dar quórum. Por entonces, ya en labor parlamentaria, cuatro peronistas y seis radicales deliberaban a puertas cerradas en lo que sería una sesión de rápido trámite, acordada la semana anterior, lo que determinó que varios legisladores que residen en el Interior provincial concurrieran ayer. De a uno se fueron retirando los radicales hasta que sólo quedaron tres, entre ellos Ricardo Colombi. No trascendió lo hablado en Labor, sólo el periodismo tomó nota del evidente enojo del presidente ucerreísta que levantó la voz enérgicamente, aunque fue al salir del Salón de Acuerdos cuando se hizo patente el fuerte malestar del Senador mercedeño que, a los gritos, marcó las diferencias con el resto de la bancada, que siguió las indicaciones que llegaron desde la Gobernación. Lo admitió un legislador oficialista que se sumó a la estratégica retirada. Luego de Colombi, salieron las senadoras Graciela Rodríguez y Alejandra Seward, aliadas incondicionales de Ricardo.
03-POLITICA-17Ayer algo determinó que la gota haga rebasar el vaso. No está claro qué fue, pero el senador Ricardo Colombi montó el picazo con fuertes adjetivaciones hacia varios de sus pares.
El entredicho se dio en la habitual reunión de Labor Parlamentaria, cuyo inicio se hizo esperar por las idas y vueltas de los senadores oficialistas, mientras los peronistas que tuvieron asistencia perfecta se limitaron a ser mudos testigos de una tensa situación cuyo origen no quedó en claro.
Más allá de las adjetivaciones, las más de las cuales irreproducibles, que fueron lanzadas por Colombi al salir del Salón de Acuerdos, una resonó fuerte. Fue cuando dijo «acá se rompió todo». Estaba visiblemente enojado, molesto, con el rostro enrojecido, como nunca antes se lo había visto.
Tarde llegó el senador Sergio Flinta, cuando ya la sangre había llegado al río, en tanto que su par Noel Breard permanecía en su domicilio tras la confirmación de haber sido alcanzado nuevamente por el Covid 19.
Los peronistas, que no ocultaron su desagrado por la actitud del bloque radical de faltar a su palabra para sesionar en la fecha, marcaron presencia en el recinto, dejado en evidencia que la sesión caía por la ausencia de sus pares del oficialismo.
Estuvieron cuatro, dos de ellos del Interior provincial. Con los radicales dispuestos a sesionar totalizaban siete, esto es, uno menos de lo necesario para el quórum. Una ausencia que dejó tela para cortar fue la del senador Enrique Vaz Torres, cuyo alineamiento sigue siendo una duda más allá de haber sido históricamente un alfil de paladar negro del ricardismo.
ELUCUBRACIONES
Aparentemente la ausencia de Noel Breard se constituyó en una luz amarilla para el Gobierno, que prefirió no correr el riesgo de ir a una sesión sin una espada que habitualmente marca el ritmo de la bancada oficialista y se convierte o en el fogonero de las intenciones de la Casa Rosada o en la valla infranqueable cuando hay temas calientes, con una gimnasia y reflejos que no tienen otros pares, habiéndose constituido, desde hace tiempo, en la terminal del Gobierno en el recinto legislativo.
A la hora de buscar explicaciones por lo sucedido ayer, algunos relacionaron el repliegue desordenado del oficialismo con el posible debate que podría darse en el recinto en torno al proyecto de autoría del senador Pitín Aragón, que fue hecho propio por el resto del Bloque, y que pedía la comparencia del Ministro de Hacienda para dar cuenta de la situación creada en el Registro de la Propiedad Inmueble y en la Dirección de Catastro donde, importa recordar, una denuncia efectuada meses atrás, a instancias de la escribana Eugenia Demetrio, abrió una investigación que está en curso aunque con alternativas cuanto menos confusas como que, de denunciante pasó a denunciada, permaneciendo detenida sin dársele aún trámite al pedido de excarcelación.
Importa señalar que la denuncia de Demetrio, a la cual como funcionaria pública está obligada, generó incomodidad en el oficialismo que le habría reprochado, vía el Fiscal de Estado, el abrir una investigación que puso sobre el tapete una serie de cuestiones y expuesto a personas vinculadas con dos de los poderes del Estado.
De la denuncia como de los pasos dados, la escribana Demetrio dio cuenta al Ministro de Hacienda en sucesivos contactos, como al resto de la comisión del Consejo Federal.
Con todo, la situación se complicó aún más por el hecho que la Directora del Registro es, a la vez, Presidente del Consejo Federal de Registros de la Propiedad, un organismo de primerísima importancia que la ha distinguido con la titularidad. Nuclea a los 24 registros de todo el país, ámbito desde el cual recibió la solidaridad de sus pares que asumieron el compromiso de no producir cambios en la conducción del Consejo.
Fue el director del Registro de la Provincia de Buenos Aires, escribano Norberto Abiuso, quien dejó en claro la responsabilidad relativa que tienen los titulares de Registro, siendo criterio vigente que, ante irregularidades, deben formular la denuncia respectiva. De hecho es algo que les ha sucedido a varios de ellos.
El escribano Abiuso, que integra la mesa chica del Consejo como secretario, expresó su preocupación por el destrato que sufrió la Presidente del Consejo, al haber sido detenida sin imputación previa, ni citación a indagatoria, y por la demora en el trámite de excarcelación que se sigue dilatando, así como por las condiciones de su detención.
Aunque, desde el Gobierno nacional, se dio -desde el inicio- luz verde para su alojamiento, mientras dure el trámite de excarcelación, en dependencias federales, dicho traslado debía ser autorizado por la jueza de la causa a pedido de la defensa, quien recibió instrucciones de la escribana Demetrio de no hacerlo, para ser consecuente con otras dos funcionarias del Registro que permanecen detenidas con ella en la Comisaría de la Mujer.
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