La agrupación Libres del Sur emitió en la víspera un comunicado con fuertes cuestionamientos a la politica económica del Gobierno.
En el documento del partido dirigido localmente por Gabriel Romero se sostiene: «La Argentina en una etapa de profundización de la crisis social que castiga con singular fuerza a la mitad de la población, soporta además una nueva ronda de malos ejemplos por parte de la dirigencia política que se mira el ombligo y no atina a generar políticas públicas que vayan mejorando esos padecimientos populares. El país que ya venía muy mal en lo económico, enfrentó un trance que sumó incertidumbre y angustia: el atentado a la Vicepresidenta de la Nación. El hecho que de casualidad no terminó en magnicidio fue debidamente repudiado por la inmensa mayoría de la dirigencia y del pueblo. Hay también algunos personajes que por intereses mezquinos o cálculo electoralero se pusieron al margen de esa posición elemental, que es el rechazo a la violencia política. Son pocos, pero vale la pena tener memoria de estas actitudes con las cuales nada democrático se puede construir».
Asimismo puntualizan: «Lo que nos interesa especialmente destacar es que tanto oficialismo como oposición, la prensa y las redes, concluyeron que se estuvo a centímetros de una escalada violenta con repercusiones que no se pueden estimar, pero que seguramente serían extremadamente delicadas. Esto con lo que acuerdo me convence que la Argentina literalmente pende de un hilo en su tranquilidad social, ingrediente elemental para un desarrollo armónico del país. Lo mismo, estamos seguros que estas dirigencias oficialistas y opositoras que cultivan la grieta están ya sin capacidad de dar respuestas a la sociedad toda, pues privilegiando sus minúsculos intereses de grupo han generado este ambiente de reñidero permanentemente inútil. Después de la tregua de unas horas, la dirigencia de un lado y otro volvió a la lógica habitual binaria. Esa que se obstina en intentar hacer creer que de un lado están los puros y del otro la escoria. Con ese chamuyo simplón, bien alimentado por los aparatos mediáticos, logran toda esta atmósfera irrespirable donde lo menor (los intereses políticos) se lleva puesto lo importante (el destino de las grandes mayorías). Este suceso a esclarecer obró como una gran cortina de humo, sobre el ajuste en marcha ejecutado por Massa, con el aval de Cristina y Alberto. Veamos algunos datos concretos: 1) Agosto superará el 6 por ciento de inflación proyectándose entre un 90 por ciento y 100 por ciento anual. 2) Nuevos préstamos acordados con el BID y el Banco Mundial saludados con alborozo por el Frente de Todos por 3.900 millones de dólares, que significan reforzar el endeudamiento del país. 3) Los tarifazos de los servicios públicos, que ya impactarán fuerte sobre los hogares en septiembre y diciembre. 4) El engendro del «dólar soja», donde el Gobierno les paga a los exportadores sólo de soja 200 pesos por dólar, o sea 60 pesos más de lo que les da a otros exportadores y lo que les vende a importadores. Esa diferencia sobre un estimado de 5.000 millones de dólares implica cerca de 300 mil millones de pesos. El mismo monto que se recaudó con motivo de la crisis de la pandemia por el impuesto a las grandes fortunas. En un par de semanas, Massa, Cristina y Alberto convalidan un negocio para un puñado de exportadores que es del mismo tamaño del ‘impuesto a los super ricos’ que demoró más de 1 año en ejecutarse».
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