Las tiendas céntricas están totalmente equipadas con artículos propicios para utilizar como disfraces. Se pueden conseguir variedades de ideas con antifaces desde 300 pesos, máscaras, hasta trajes a 12 mil pesos. Sin embargo, sólo se venden aureolas y alitas blancas para la celebración católica.
Artículos de Halloween copan las vidrieras en la mayoría de las tiendas de cotillón, con variedad de opciones y de precios y estiman que habrá un boom de ventas la semana que viene. En contraposición, para la tradicional festividad de ángeles somos sólo se pueden conseguir aureolas y alas.
Desde hace unos años, la cultura extranjera viene ganando terreno entre los chicos, jóvenes y también adultos y cada vez es más recurrente invertir en disfraces para fiestas o personificaciones para la fecha.
En diálogo con EL LIBERTADOR, Kevin Ortiz, vendedor de un comercio de la peatonal Junín, señaló que el año pasado tuvieron mucha demanda y creen que la semana que viene será igual o mayor.
«El 2021 justo coincidió con el tiempo en que se levantaron las restricciones de pandemia y se organizó una fiesta que generó que la gente haga fila para entrar al negocio», recordó.
Es así que ahora hay una variedad de ideas y de precios de acuerdo a lo que se piense gastar o según el fanatismo de cada cliente.
Como para ejemplificar, se puede nombrar algunos valores: máscaras de plástico desde 300 pesos, o 1.200 pesos en caso de algunos más elaborados o con frecuencia de luces 4 mil pesos. Las de látex están 8 mil pesos.
También se venden trajes de diferentes personajes de 8 a 12 mil pesos; gorros de bruja desde los 800 pesos. Tridente hay de 800 pesos. Maquillaje de sangre falsa a 500 pesos de 20 cc.
«Ya se empezó a vender por algunas fiestas que ya empiezan, pero la semana que viene será mayor por el 31 de octubre», dijo.
En contraposición a ello, en un rincón se disponen aureolas a 600 pesos y alas de pluma a 2.500 pesos, que según comentó, los jardineritos son los que más llevan.
Vale destacar que Halloween se conmemora en varios países del mundo, principalmente en el mundo anglosajón: Estados Unidos, Irlanda, Canadá y Reino Unido.
Los orígenes se remontan a un antiguo festival celta de hace más de 3.000 años, conocido como Samhain (Fin del verano» en irlandés antiguo). Este último era una festividad pagana que se celebraba el 31 de octubre y duraba 3 días.
La fiesta comenzaba en Irlanda luego de la temporada de cosechas y así daba comienzo el «año nuevo celta», coincidiendo con el solsticio de otoño. Los locales creían que durante esa noche los espíritus de los muertos -buenos y malos- podían caminar entre los vivos.