Este sábado 19 había quedado como la fecha para el desalojo del predio de ventas ubicado en el puerto capitalino. Ello, con el objetivo de trasladarlos a un terreno lindante a la avenida Pomar como lugar transitorio, hasta que se realicen las reformas en el «Mercadito».
La tensión estaba puesta en algún conflicto o acción manu militari para levantar los puestos; sin embargo, ayer no hubo controversias. Algunos vendedores, de a poco, van cerrando sus locales, mientras otros continúan atendiendo al público, tal como se puede observar en la gráfica tomada en la mañana sabatina.
Por el momento, la queja está en que el lote ubicado frente a un hipermercado no se encuentra adaptado para recibir a los 57 puesteros que desde hace 35 años ofrecen distintos productos en la zona que además es conocida como una terminal de colectivos urbanos e interurbanos.
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