Tras dos años de trabajos, culminó la primera etapa de obras de restauración de la histórica Casa Alegre y en la mañana del sábado 19, la empresa a cargo de la obra entregó las llaves a la Asociación Nueva Esperanza presidida por Analía Ramírez. La casa de Fray Nepomuceno Alegre que data de 1853 y es Monumento Histórico Nacional desde 1999, será a partir de ahora un Centro Cultural.
Se trató de un día histórico para Itatí, compartido por algunos de los férreos impulsores de la iniciativa de recuperar y restaurar el edificio que forma parte del patrimonio histórico local como el licenciado Fernando González Azcoaga, la arquiteca Griselda Aquino, el doctor Alfredo Aquino y a la arquitecta Ángela Sánchez Negrette, además del ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Gómez, autoridades municipales e invitados especiales.
El largo y dificultoso camino de 20 años de un sueño e insistentes gestiones hacia este logro, lo puso en palabras la arquitecta Aquino.
También hubo reconocimiento para personas vinculadas al proyecto. Se mencionó especialmente el esfuerzo de muchas personas que hoy ya no están como Julio Babín quien logró en 2001 que las seis familias que habían tomado la propiedad tuvieran su casa propia a través del Invico (Instituto de Viviendas de Corrientes) y restituyeran la casona.
TESTIMONIOS
«Hoy (por el sábado 19), es un día histórico para Itatí, se recupera la casa de Fray Nemopuceno Alegre, una arquitectura con un emplazamiento único y privilegiado. Se recupera para la memoria de los itateños su querida Escuela Nacional, como se la conoce popularmente, emblema de la educación, pero fundamentalmente, un símbolo de unidad porque superando mezquindades políticas este es un modelo de trabajo colaborativo más allá del pensamiento ideológico de los principales actores que supieron concretar la primer parte de un gran proyecto hecho realidad», destacaron los asistentes, que esperan por el inicio de la segunda etapa de obras.
UN POCO DE
HISTORIA
El edificio fue construido por Fray Juan Nepomuceno Alegre en 1853 «para sus habitaciones de trabajo», lo destacó el historiador presbítero Esteban Bajac. Es una construcción de fachada italianizante-confederal e interiores coloniales, manifiestos en la arquitectura de fachada que destaca arcos de medio punto, corredores y tejados en una armoniosa unión de estilos.
Fue sede de instituciones educativas a lo largo de un siglo, como la escuela Provincial Nº 1, y luego la Escuela Nacional Nº 276, siendo propiedad privada hasta que la llamada Ley Flinta (2015/16) logró la expropiación con destino a la Casa de la Cultura, proyecto aprobado por el Gobierno de Corrientes.
Desde 1983 la casa quedó desocupada y comenzó su lento deterioro, usurpación y saqueo.
«La casa fue salvada con el concurso de muchos actores que pusieron su esfuerzo y dedicación sin más remuneración que la satisfacción espiritual de concretar el esperado anhelo a lo largo de las últimas tres décadas, pero de manera insistente en los últimos cinco años buscando siempre que el pueblo de Itatí, primero, y la región toda, recuperasen este espacio por su doble valor: el histórico y el cultural», agregaron los impulsores del proyecto.
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