El Obelisco; en Buenos Aires, la Costanera, en Corrientes; en Salta, la plaza 9 de Julio; el Patio Olmos, en Córdoba, y así en cada rincón del país se sintió el festejo de la gente. Fue por la goleada 3 a 0 ante Croacia lo que acrecentó la ilusión de un pueblo golpeado, con ganas de celebrar por lo menos en el fútbol. Una cuestión cultural que atraviesa todas las clases sociales y que sirve de reflejo de lo que ocurre con la argentinidad. Argentina vibró con los goles de Julián Álvarez y una nueva actuación descollante del mejor jugador del mundo, el 10, Messi.
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