El Chamamé es un espacio musical bailable que se desarrolló como género desde la segunda década del siglo XX en la zona Mesopotamia. Esta zona presenta las características de ser húmeda y de tierras bajas.
Reconocido músico del género expresó «el chamamé se fue gestando a lo largo de los siglos, a través del encuentro entre las distintas culturas que habitaron la Mesopotamia».
El género se configura a partir de las expresiones musicales que tienen sus raíces en los antiguos pueblos de la región.
Con los guaraníes, influenciados por los rasgos culturales de las misiones jesuitas, se adquirió los conocimientos musicales y de los instrumentos.
Con su dispersión por las selvas y en zonas más urbanizadas transmitieron la música y rituales, de esta manera, formó parte del territorio litoraleño y mesopotámico desde la época de las colonias.
El ritmo originalmente indígena fue perfeccionado con el tiempo y las distintas influencias que tuvo.
Lo guaraní se puede ver, por ejemplo, en el Sapucay y lo europeo en el acordeón, ya que cualquier grupo de chamamé tiene un acordeón, un bandoneón o ambos instrumentos.
CARACTERÍSTICA DEL GÉNERO
Es un baile folclórico del Litoral argentino.
La palabra «Chamamé» es de origen guaraní y español, y se considera que es una variación de San Mamés, santo mártir muy venerado en España, mientras que en guaraní significa «danza bajo la lluvia».
Además de ser típico escucharla en Corrientes, en cualquier reunión, baile, peña, también, presenta variantes significativas en Entre Ríos, Formosa, Santa Fe, Chaco, Misiones y en Santiago del Estero (Norte y Este de esta última provincia).
EN QUÉ CONSISTE
El Chamamé es una danza alegre y animada.
Se baila en pareja y al azar, los bailarines se abrazan cuerpo con cuerpo y, por momentos, el bailarín se aleja de su compañera para comenzar a zapatear, mostrando su destreza y su capacidad de improvisar.
Esta danza no se rige por una determinada coreografía de conjunto, lo que da ocasión de lucimiento a creadores de paso y figuras.
En partes de las músicas del género, aparece el famoso grito de Sapucay, que es una manifestación del chamamecero, se puede gritar en forma de festejo, como un desafío, un enojo, o para soltar una emoción.
LA PRIMERA VEZ
Según algunas fuentes, la Fiesta Nacional del Chamamé se celebró por primera vez el 6 de septiembre de 1985.
El evento tuvo lugar en el estadio Club Sportivo Juventus de la Capital correntina.
Marcó un punto de partida para que este evento que en principio era a nivel popular, se transformara en uno de los principales festivales folclóricos del país.
La fiesta creció en audiencia al pasar los años, hasta presentarse en la actualidad en el anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola.
La sede presenta la capacidad total para 15.000 espectadores (7.500 personas sentadas).
PATRIMONIO CULTURAL
INMATERIAL DE LA HUMANIDAD
Fue declarada el 16 de diciembre de 2020 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Se convirtió en el tercer bien cultural argentino en alcanzar esa distinción, luego del tango y el fileteado porteño.
Otros destinos del Litoral que rinden tributo al Chamamé durante el verano son en Mburucuyá, con el Festival Nacional del Auténtico Chamamé Tradicional; Santa Anita (Entre Ríos), con la Fiesta de la Polka y el Chamamé; en Federal, también en la nombrada provincia, con la Fiesta Nacional del Chamamé del Norte Entrerriano; mientras que en Panambí, Misiones, se realiza la Fiesta Provincial del Sapucay en noviembre.
El Ministerio de Cultura de la Nación, la Comisión Argentina de Cooperación con la Unesco (Conaplu), la Cancillería Argentina y el Gobierno de Corrientes, trabajó en forma conjunta para su postulación desde 2016.
La declaración otorgada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, reconoció al Chamamé dentro de «las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación».
Además, implica una gran difusión del Chamamé a nivel mundial, la circulación de los artistas, las canciones y la posibilidad de pensar y plantear políticas públicas a largo plazo orientadas al género desde la difusión, la producción y la educación.
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