En 2022, Corrientes se vio atravesada por una fuerte situación de incendios que avanzó sobre los ecosistemas y destrozó su pastizal y provocó la muerte de un centenar de ejemplares de especies animales que habitan la zona, emergencia tras la cual se trabajó todo el año para prevenir y evitar que se repita una tragedia igual, lo que hasta el momento se consigue.
Muchos son los focos ígneos que se desatan cotidianamente en la provincia, a los que combaten bomberos y brigadistas, tarea que consigue el objetivo de controlarlos y no provoquen estragos, por lo que el llamado de esas instituciones y del Gobierno a todo ciudadano es incesante para que no los causen en ningún lugar, ya en zonas rurales como urbanas, tal como se informa en esta misma edición en la página 5.
Cabe recordar, como repaso de los sucesos del verano anterior, según datos brindados por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), la cobertura vegetal más afectada fue la de los esteros del Iberá y otros bañados, al igual que los pastizales del Noroeste y Nordeste provincial.
¿CÓMO SE ESTÁ?
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación advirtió «un verano complejo», debido a las extremas condiciones.
Precisamente, el viceministro de Ambiente, Sergio Federovisky, comentó recientemente sobre esa perspectiva, quien aseguró acerca de los elementos que tienen para combatir el fuego, que «estamos notablemente mejor preparados que anteriormente. Hemos multiplicado por 34 veces el presupuesto de Manejo del Fuego con un sistema de recaudación propio a través de una alícuota del 3 por mil de las pólizas de seguro que nutre el presupuesto directo y exclusivo del Plan Nacional de Manejo del Fuego».
Por su parte el Gobierno de Corrientes, además de la Declaración Emergencia Ígnea y Agropecuaria, que la semana pasada la Nación prorrogó por un año más, adquirió móviles y creó la institución donde se forman brigadistas para el combate de incendios forestales, específicamente, entre otras iniciativas.
Sobre cómo quedaron los ambientes naturales, el reconocido ambientalista Luis Martínez dijo a EL LIBERTADOR que «son muy pocos los que se pudieron recuperar, porque el tiempo no fue suficiente para que se regenere la vegetación, en una restauración de manera natural; las condiciones climáticas no fueron dadas. Hoy los regímenes de precipitación están sumamente cambiados, las lluvias que tenemos son acotadas».
La Fundación Rewilding, a favor de esas afirmaciones, de Martínez comentó lo mismo a través de sus redes sociales: «Los ambientes y vida silvestre del Iberá sufren los efectos de la sequía desde hace más de dos años. Esto, junto a las altas temperaturas, creó las condiciones propicias para que los incendios que azotaron los esteros durante más de un mes y medio se vuelvan catastróficos».
MOTIVOS
Los incendios son el producto de la crisis climática que se transita, situación a la cual se llegó producto de la inacción o acción insuficiente de quienes deben tomar decisiones frente al problema.
La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) lo afirma: «La expresión crisis climática es más adecuada que cambio climático para referirse a la magnitud y a las consecuencias del calentamiento global causado por la actividad humana. Además, comienza a tener también uso emergencia climática».
Ahora, los incendios se vuelven más consecutivos, intensos, incontrolables y con más efectos dramáticos, debido a que el cambio climático está alternando notoriamente las variables que las que dependen. Se generan sequías más intensas y prolongadas, escasez de precipitaciones y aumento de temperatura.
En este contexto se produce cualquier incendio, haciendo que se propague con mayor facilidad, independientemente de su causa, que, en la mayoría, es producido por el hombre.
«La mayoría de los incendios, que incluso sufrimos durante 2022, fueron productos de la sequía, asimismo, estamos atravesando fenómenos sumamente agresivos», comentó luego Luis Martínez al respecto.
Añadió que «la sequía, la vegetación y sobre todo la falta de caudal está generando consecuencias, y los que también sufren son los animales silvestres y sus ambientes naturales», por lo que llamó a la sociedad a entender que «si se sigue produciendo fuego, se perjudica a nuestro ambiente».
.