Se realizó el tradicional tedeum por el 25 de Mayo en la iglesia Nuestra Señora de la Merced. Estuvo presidida por el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik y fue concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor José Adolfo Larregain, quien tuvo a su cargo la homilía.
En el contexto de las restricciones sanitarias vigentes por la pandemia, estuvo restringido el ingreso de fieles. Sí estuvieron presentes el gobernador Gustavo Valdés y un reducido número de autoridades civiles.
“Es el segundo Te Deum a puertas cerradas, con medidas restrictivas duras y con una realidad muy preocupante en diversos aspectos: sanitario, social, económico, laboral, etc. Esta situación ha hecho emerger las grandezas miserias”, manifestó en el inicio de su discurso el obispo auxiliar de Corrientes, monseñor José Adolfo Larregain.
“Mirar la gesta de Mayo es volver a nuestros orígenes más genuinos, aun cuando somos conscientes, para no idealizar, de las limitaciones de la época y sus integrantes. Es volver a repensar el bien común, que indefectiblemente nos conduce a buscar el bien de todas las personas que habitan este bendito suelo, consideradas no sólo en la individual sino también en la dimensión social que nos une”, prosiguió.
“En este día, jornada de oración por nuestra Patria, le pedimos especialmente a la pura y limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí, que se quedó milagrosamente junto al río Paraná, como signo de maternal protección sobre nuestro pueblo peregrino, nos ilumine a nosotros y todos los argentinos en este año electoral –en diversos niveles- a tomar conciencia de la importancia de los actos eleccionarios, en la importancia de buscar caminos y opciones que conduzcan a la realización de la mejor política”, concluyó.