Treinta años atrás, Carlos Menem supo decir «con los radicales, ni a misa». Ayer, lo que pasó en el tránsito de la fórmula gobernante de la Casa de Gobierno a la iglesia Nuestra Señora de la Merced hizo recordar esa sentencia del ex Presidente. La hizo cuando -en una travesura- el peronismo de Corrientes anotó en el Juzgado Electoral la alianza con el radicalismo a pesar de la resistencia del riojano. Hombre de acción, montó en cólera. Hizo bajar, en horas, al viceministro del Interior, Oscar Fappiano, con el fin de retirar al PJ de esa Alianza, lo cual, de no haberse producido la relación de electores, no hubiera sido 13 a 13, sino 15 a 11 a favor de la conjunción peronista-radical.
03-POLITICA-21Menem, unos años antes había desafiado al resto del justicialismo respaldando a Raúl Alfonsín en el tema de Beagle. Unos años después, volvió a recurrir a referente histórico de la UCR para acordar la reforma del 94, en aquel núcleo de coincidencias básicas que tras bambalinas pre acordaron Luis Barrionuevo y «Coti» Nosiglia.
AHORA, CANTEROS
Para bien o para mal, el tiempo dirá. El Gobierno lo sigue poniendo al Vicegobernador en un lugar que implica -quizás- como consecuencia no deseada su fortalecimiento.
Ayer, el desaire fue total y público, tanto a la hora de izar el Pabellón Patrio como dentro de la mismísima iglesia, a la vista de un Pastor Mayor que no ocultó su desagrado.
El ceremonial del Gobernador ninguneó al número dos de la Provincia. En primera instancia no lo invitó al izamiento, y luego lo corrió del lugar que protocolarmente corresponde, en beneficio de Eduardo Tassano, como para no dejar duda alguna de las preferencias del mandatario correntino.
OTROS TIEMPOS. Gustavo Canteros secundó primero a Ricardo Colombi y luego a Gustavo Valdés. Desde hace semanas libran una batalla que primero fue sórdida, hasta que se retiraron los padrinos. A pesar de esfuerzos de allegados a Valdés, fue éste quien se plantó cerrando toda posibilidad de capitular frente a su número dos, quien tampoco le dejó margen. Ayer, el quiebre se hizo público y nada menos que ante los ojos de Dios. El Gobernador realizó actos y gestos de autoridad que a algunos sorprendieron, más allá de que es el estilo y la impronta de Valdés, firmemente decidido a mostrar quién manda, asumiendo el liderazgo pleno de la alianza que gobierna. Un par de decisiones «fuertes» podrían darse en unos días más. Una de ellas, la nominación de quién lo acompañará, algo que levantará polvareda.