El gobernador Gustavo Valdés anunció el martes que la provincia negocia la compra de más de 5 millones de vacunas contra el coronavirus, y hoy, miércoles, expuso que se trata de dosis Sputnik V (Rusia), Janssen (Estados Unidos) y CanSino (China). Son medicamentos con características diferentes entre sí y dos de ellas aún no están aprobadas para su uso en la Argentina.
La más conocida por los correntinos es la Sputnik V, por ser la que más ha llegado y se ha aplicado en la provincia. Creada por el Instituto Gamaleya, de Rusia, cuenta con dos dosis y tiene una eficacia general del 91,6 % y del 100% para prevenir casos graves de Covid-19. Fue aprobada en diciembre por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para ser aplicada en la Argentina a personas mayores de 18 años.
Luego está la vacuna Janssen, fabricada por el laboratorio estadounidense Johnson & Johnson. Se caracteriza por contar con una sola dosis y alcanzar una eficacia general del 67% y del 85% para casos graves de Covid-19. El expediente para su aprobación en la Anmat fue ingresado en diciembre, pero aún no tuvo respuesta favorable y tampoco el Gobierno nacional llegó a un acuerdo para su compra, aunque se encuentra en negociaciones. Vale aclarar que sí está aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en ingles) de los Estados Unidos y por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La tercera opción es la vacuna Convidencia, desarrollada por CanSino Biologics y el Instituto de Biotecnología de Beijing, China. Con su única dosis, reporta una eficacia general del 68,8% y de un 95,3% para casos graves. Tampoco está aprobada por la Anmat, pero el Gobierno nacional anunció hoy que alcanzó un acuerdo para comprar un número aún no revelado de dosis que llegarían al país en los próximos meses, por lo cual su habilitación sería en cuestión de semanas. Actualmente está aprobada y se aplica en países como México y Chile.
Vale mencionar que todas las vacunas que se usan en el mundo son seguras y han demostrado su eficacia. Las demoras para su aprobación en distintos países suele responder a cuestiones administrativas, burocráticas, comerciales y hasta geopolíticas, y no tienen que ver con que representen algún riesgo para la salud de quienes las reciben.