Salir a comer en alguno de los establecimientos gastronómicos que tiene la Capital correntina en el centro o en la costanera cuesta al menos 4.000 pesos para una pareja. Las opciones más económicas son los platos para compartir, como las pizzas; mientras que los precios se disparan si se piden comidas individuales.
La semana anterior causaron polémica unas declaraciones realizadas por el presidente, Alberto Fernández, quien afirmó que «ahora las quejas que yo escucho de la gente son porque hay que esperar dos horas para ir a comer», en referencia a que la presunta mejoría de la situación económica permite que las personas colmen los restaurantes y bares.
En este contexto, vale mencionar que en los últimos años proliferaron los establecimientos gastronómicos en la ciudad de Corrientes, especialmente en el centro y en la costanera, y si bien es verdad que se los suele ver colmados durante los fines de semana y algún otro día de la semana en particular, la realidad es que los precios que se manejan actualmente no los hacen accesibles para todos.
A partir de un relevamiento realizado, EL LIBERTADOR calculó que para cenar afuera en pareja se debe pensar en un presupuesto de unos 4.000 pesos, siendo austeros.
A ese monto se llegó calculando el precio de una pizza muzzarella (la más barata), que ronda entre los 2.000 y los 2.500 pesos; una cerveza de litro, que puede costar entre 800 y los 1.300 (dependiendo la marca) o una pinta o porrón, entre 500 y 900. Además, se tiene en cuenta una propina de entre 300 y 400, ya que se estila dejar el 10 por ciento de la cuenta.
Si se opta por otra variedad de pizza, el valor se puede disparar hasta superar los 3.000 pesos, pero en el caso de elegir platos individuales que contengan carne roja, pollo o pescado, las opciones que se encuentran comienzan en 1.500 por persona y llegan hasta los 3.500 o 4.000.
Aquellos comensales que deseen una comida de dos pasos, con entrada, pueden encontrar infinidad de opciones, pero las más elegidas suelen ser papas fritas con aderezos, rabas o bastones de queso, que valen entre 1.200 y 2.500 pesos.
En cuanto a la bebida, la cuenta se puede abaratar si no se toma alcohol, ya que una gaseosa de litro cuesta como máximo 1.000 pesos. Pero aquellos que prefieren tragos, como fernet o caipirinha, deben pagar entre 600 y 1.100 pesos, y en el caso de los vineros, las botellas más consumidas valen entre 2.000 y 4.000 pesos, aunque hay mucho más costosas.
Finalmente, si se decide terminar la comida con un postre, los restaurantes ofrecen opciones clásicas como flan, helado o alguna pieza de pastelería, a precios que parten en los 500 pesos por persona y pueden superar los 1.000. Otra posibilidad es ir a una heladería, donde el medio kilo no baja de los 1.000 pesos en la mayoría y puede rozar los 2.000 en las más cotizadas.
Los establecimientos consultados por este medio, afirmaron que las opciones más elegidas son los platos para compartir, como pizzas, picadas, milanesas gigantes o sandwiches de gran tamaño. También destacaron que los comensales sólo suelen pedir una bebida y es poco común que soliciten postre.
En cuanto al nivel de demanda, en rasgos generales, destacaron que es una buena temporada de verano, especialmente durante los fines de semana y esperan tener un pico en San Valentín.
Los precios mencionados están establecidos en un contexto económico que plantea un Salario Mínimo, Vital y Móvil de 67.743 pesos a partir de febrero y un sueldo promedio de 100.000 para los trabajadores registrados, lo que hace que no sean muchos los que puedan destinar una parte de ese ingreso para ir a un restaurante, y menos aún de manera frecuente.
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