En las últimas horas, EL LIBERTADOR tuvo acceso a la solicitud de ratificación de información que los doctores Mariana Barbitta y Mariano Abel Balanovsky, representantes del ex juez, Carlos Soto Dávila realizaron al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes. Fue por el escándalo producido con la fuga de Federico «Morenita» Marín, el cual se conoció este jueves 23 gracias a la prensa, hecho que provocó un cimbronazo a gran escala por lo que ello representó para el sistema judicial.
El pedido de los legistas hace hincapié en que su defendido, imputado en una causa junto con secretarios del Juzgado Federal N° 1 de Corrientes, fuera señalado por el narcotraficante en calidad de testigo, lo que le valió al peligroso delincuente negociar la reclusión domiciliaria, detalle que facilitó la fuga acaecida a principios de semana.
Tanto Barbitta como Balanovsky advirtieron que «esta situación no fue informada a las partes, quienes nos enteramos por los medios de comunicación». Por lo que requirieron «con carácter de urgente que se ratifique» la información.
Se debe recordar que Morenita Marín se encuentra prófugo desde comienzos de esta semana, luego de que la División de Vigilancia Electrónica diera aviso al Tribunal Oral Federal N° 3 de Capital Federal (que controlaría en principio la ejecución de pena de Marín), que el imputado no estaba en su domicilio.
«Nuestra preocupación radica en que una de las personas que declaró en la causa 3.002/2017 bajo la figura del arrepentido o como ‘persona de identidad reservada’, cuya declaración se incorporó como prueba en estas actuaciones, habría sido Federico Sebastián Marín. Además ¡Ha sido nuestro defendido, el doctor Soto Dávila quien dio la orden de captura nacional e internacional!», subrayaron los abogados.
Aseguraron que este hecho «genera un temor fundado» a su asistido, «toda vez que fue él quien amplió su orden de captura a nivel internacional en el año 2016, y quien en el año 2018 estaba a cargo del Juzgado Federal N° 1 de Corrientes, cuando junto con Gendarmería Nacional detuvieron a Marín, quien en ese entonces también se encontraba prófugo», indicaron.
Ante este contexto, solicitaron que se extremen las medidas de seguridad para el ex magistrado, «ya sea en el domicilio de nuestro defendido y/o en las audiencias fijadas».
POR DEBAJO
DE LA MESA
El fugado reo había alcanzado el beneficio de «arrepentido» con prisión domiciliaria de una manera que sorprendió a propios y extraños, situación que expuso un escenario non sancto advertido por el doctor Aníbal Ibarra, abogado de uno de los secretarios del Juzgado Federal en el que se investiga asociación ilícita y cohecho pasivo.
El ex Jefe de Gobierno porteño había denunciado que los fiscales a cargo de la investigación habían «disfrazado narcos de testigos». Algo que podría caberle al propio Marín, ya que, en base a negociaciones encaradas con cuestionado éxito, pasó de «narco» a testificar, logrando a la vez que se lo trasladara a una casa, bajo custodia y sin información pública de su residencia.
Ello colaboró a que su escape no alcanzara de inmediato la escena mediática, ya que las fuerzas del orden no estaban enteradas siquiera dónde estaba su domicilio de testigo protegido. Fue así que pasaron varios días hasta que, la presión de la prensa, pareciera haber obligado a blanquear el polémico episodio.
Se puede calificar de escándalo lo ocurrido con Marín porque se trata de un fugado reincidente que, en una oportunidad hasta luchó a los tiros para resistir su aprehensión. Además de ello, se encuentra envuelto en otras causas. Aún así, le dieron la derecha, situación que aprovechó sobremanera.
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