Por Guillermo Alfonso
Votaron los docentes. Entre las ofertas estaban los referentes de gremios afines al Gobierno y otros que mostraron distancia del calor oficial correntino.
Así las cosas y a pocos días de haberse concretado una mesa de reuniones en el Ministerio de Educación de Corrientes, se dio lo que pocos (o quizá, muchos) esperaban: ganó el gremio crítico del Gobierno correntino.
Esta elección podría significar un triunfo para Suteco y una dura derrota para los demás, pero al parecer, significa algo más profundo que el mero resultado de una elección, dejando mucha tela para cortar:
· ¿Será un llamado de atención a la falta de gestión gremial?
· ¿Por qué tan pocos docentes votaron?
· ¿Por qué tan escasa convocatoria de los gremios?
Durante mucho tiempo, nos acostumbramos a las fotos y anuncios de reuniones y más reuniones, con mucho café de por medio, sonrisas y carpetas en lujosos escritorios de las autoridades del MEC, en donde se hablaba de armonía y avances en los «acuerdos» para el inicio de cada Ciclo Lectivo…
Pero faltaba algo: la silla para el referente del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Corrientes. Ese lugar estaba vacío. Pero, ¿por qué?
· ¿Porque pedía una actualización salarial acorde a los niveles inflacionarios actuales?
· ¿Porque quería discutir paritarias justas para los docentes?
· ¿Porque reclamaba mejoras edilicias en las Escuelas de Corrientes?
· ¿Porque pedía el blanqueo de sumas en negro en los sueldos de los docentes?
¡Sería muy loco pensar que a Suteco no lo invitaran por estos motivos! Pero el hecho es que NO aparecían en ninguna foto «oficial», mientras en la mesa salarial, sólo había silencios llamativos del arco gremial invitado…
A la luz de los resultados finales, este turno electoral fue utilizado para resolver una injusticia en el debate sindical, y no podemos dudar que los docentes correntinos tomaron nota de esa anomalía y obraron en consecuencia con el mejor recurso que da la democracia: el voto.
Ganó Suteco. Podría decirse que ganó el único gremio opositor al Gobierno de Corrientes. Deberán tomar nota ahora los interlocutores del Ministerio de Educación y los gremialistas afines al Gobernador, porque el resultado de estas primeras urnas en un año electoral que vendrá muy caldeado, es un mensaje que nadie puede desoír o pasar por alto.
Ahora bien. Analizando el escenario macro social correntino, no podemos reducir todo lo acontecido a una elección docente. Hay más que ver.
Las preguntas que caben, obligadas, podrían ser: ¿cuántos docentes titulares hay en nuestra Provincia? ¿Por qué votaron tan pocos? ¿A qué se debe que haya tantos votos nulos o en blanco?
Pareciera ser que los docentes no han aprendido mucho después del 99. Más de 20 años después, siguen habiendo muchos gremios, cuando uno sería suficiente. Pareciera ser que la representatividad y confianza gremial está lesionada, porque, de lo contrario, las urnas habrían colapsado de votos, sea para premiar o castigar, según las percepciones. Pareciera ser que, de un tiempo a esta parte, los aportes societarios de los miles de maestros afiliados, solamente sirven para perpetuar los mismos apellidos en las sillas cómodas de las negociaciones que no llegan a nada sustancioso para la economía familiar de los sufridos aportantes, año tras año y paritaria tras paritaria.
¿Esta elección debería servir de reflexión para los docentes que mes a mes pagan su cuota societaria, en muchos casos, sin saber para qué? ¿Para financiar la militancia de sus representantes que no los representan? ¿Para acceder a cursos o especializaciones que finalmente no los hace mejores maestros? ¿Para tener un alojamiento en la capital cuando vienen a hacer trámites? Si así fuera, sería muy triste.
La pregunta más interesante sería: ¿Qué pasaría si de verdad los maestros se animaran a una desafiliación masiva, como tantas veces «amagaron» hacer? La respuesta es simple y contundente: los gremios que dejaron de cumplir su verdadero rol, simplemente desaparecerían, dejarían de existir. Sin Personería, los que negocian con el dinero ajeno, no podrían hacerlo. Simple.
El docente correntino debe recuperar la memoria. Así, podría comprender que el verdadero poder fue, es y será suyo, siempre.
Ahora vendrán las celebraciones por el triunfo de uno y los replanteos en los derrotados. Pero no será por mucho tiempo, ya que urge reorganizar el sistema educativo.
Para Suteco queda el desafío de ampliar su plataforma sindical. Para los demás, revisar su mensaje y evitar los extremos.
¿Será el inicio de un nuevo tiempo? ¿Llega la hora de agrandar la mesa del diálogo para que se convierta en un hecho verdaderamente productivo? El Gobierno, a través de las autoridades del Ministerio de Educación, habrán notado el alto costo de quitar la silla de Suteco de su mesa de diálogo. Se hace imperioso abrir los oídos para escuchar sus reclamos, que, evidentemente, son los de toda la docencia correntina.
Por otra parte, al Gobierno ahora, a la luz de las evidencias electorales docentes, podrá dar un giro a su política educativa y empezar a capacitar a los docentes que quieren mejorar, sin tener que pasar por el cedazo contaminado de los negociados gremiales que le prometen paz, sin muchos reclamos, pero le dejan las urnas vacías de votos.
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