Hasta a seiscientos cincuenta millones de dólares habrían llegado las pérdidas del campo correntino acumuladas desde diciembre de 2021 a la fecha, calculan, en suma, todos los sectores agropecuarios, adelantó a EL LIBERTADOR el diputado nacional Jorge Vara, en tanto, estiman que otros trescientos cincuenta millones se agreguen antes de finalizar el año.
El impacto de los incendios, la disminución de las tierras cultivables y la seca, provocaron en 2022 que el campo correntino pierda, en total, quinientos millones de dólares que volverían a perderse en 2023.
Estas son las dramáticas estimaciones a las que ganaderos, arroceros, citrícolas, forestales y cooperativistas arribarían al concluir el año, aun sin aliciente suficiente para amainar el daño que el clima sigue causando.
El diputado nacional y referente del sector arrocero, Jorge Vara dijo a EL LIBERTADOR que, a la fecha, a los quinientos millones de dólares de pérdidas registrados al término de 2022, los sectores productivos suman entre ciento cincuenta y doscientos millones de dólares más.
«Estas son cifras que no sólo competen al sector arrocero, sino a todos los sectores, que el año pasado ya calcularon en quinientos millones de dólares lo que todos, en conjunto, habían perdido por los incendios y la sequía», dijo Vara.
MENOS INCENDIOS,
MISMO ESCENARIO
El diputado nacional remarcó que lo estimado para el cierre de 2023 es prácticamente idéntico a lo registrado en 2022, incluso en sus posibles variaciones, como la leve mejora que experimentó el sector ganadero entre el inicio del año pasado y su conclusión.
Vara afirmó que todos los sectores se encuentran «muy sorprendidos» del resultado de los pronósticos, dado que entre los últimos meses de 2022 y los primeros de 2023, los incendios en territorio correntino fueron muchos menos que los que arrasaron con casi la mitad de la provincia entre 2021 y principios de 2022.
No obstante, observó que los incendios no han sido tan importantes como «la seca», que ha dejado a todas las producciones «con daños muy graves», de acuerdo a los primeros relevamientos emprendidos por los productores en sus propios campos en lo que va del año, señaló Vara.
«En 2022 pudimos remontar un poco las pérdidas en el sector ganadero y al finalizar el año, cuando concluyeron los cálculos, que fueron cruzados a los registrados en la campaña de vacunación Antiaftosa, pudimos ver como mejoraron, pero este año calculamos que las pérdidas son igual de importantes», sostuvo.
«Para comprender todo esto, es preciso saber que a pesar de que los incendios fueron muy dramáticos, y que las imágenes mostraban al campo y a la vida silvestre sufriendo, la razón más importante por la que la producción está bajando es por la seca», insistió el referente arrocero.
Son, en total, «entre veintiocho y treinta meses sin aguas suficientes para regar los cultivos y dar de comer al ganado», señaló: «Una de las peores secas en lo que va de la historia del país».
ÁRBOLES QUE
MUEREN DE PIE
Vara dijo que el sector arrocero vive una crisis hídrica como no ha vivido en los últimos treinta años. A fines de la década de los ochenta y principios de los noventa hubo escenarios parecidos, recordó, y sostuvo: «Pero la que estamos viviendo hoy supera las capacidades que desarrollamos para evitar las anteriores».
El legislador advirtió que otro de los sectores que ha registrado grandes pérdidas a causa de la seca, ha sido el forestal, con plantaciones que, por falta de agua, han muerto sin llegar a la temporada de cosecha. «Se han perdido árboles muy jóvenes, que arraigaron pero no hallaron agua bajo la tierra, ni llegado más allá de los dos metros hasta niveles más húmedos, o que, al hacerlo, siguieron tocando tierra seca», describió.
Vara dijo que «con este panorama los sectores productivos» están «proyectando el cierre de uno de los peores años agrícolas en la historia de Corrientes. «Los árboles no fueron quemados, no han podido crecer por falta de agua, igual a como sucede en el sector arrocero, en el sector citrícola y el yerbatero», remarcó.
De perder más del setenta por ciento de las plantas, algunas forestaciones se darían totalmente por perdidas, dijo el legislador y agregó: «Igual a como ocurre en las plantaciones de yerba que han comenzado a podar hojas aún sin madurar antes de que el sol y la seca las quemen por completo».
«Otro fenómeno rarísimo es lo que está pasando en los yerbatales donde además de aplazarse el ciclo de cosecha hacia una cosecha de invierno también se ha comenzado con podas a manera de urgencia antes de que las hojas caigan por sí solas», indicó Vara.
«La situación es gravísima y alcanza a gran parte de la producción de yerba; la ausencia de aguas redujo la calidad en la producción de cítricos y ellos también dicen que no tienen producto para exportación», agregó.
LAS PROVISIONES NO
SON SUFICIENTES
El legislador también advirtió que los productores están por comenzar a ingresar a otra etapa difícil del año, ya rozando la temporada de invierno sin recursos suficientes para el ganado y los cultivos.
A lo ya expresado a EL LIBERTADOR en ediciones anteriores por referentes de los cinco sectores productivos, Vara agregó que, puntualmente, para el arrocero, la ausencia de aguas es «catastrófica».
«Las producciones que se encuentran cerca del río Paraná no están bien pero no están sufriendo tanto, pero las que están sobre el borde del río Corriente, y las que dependen de represas no dan más. Este año es muy duro. Va a ser insostenible», señaló.
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