El alza en los precios de los alimentos cada día son más escandalosos. Ayer, el valor que dio a conocer un feriante de la ciudad para las naranjas generó una ola de indignación en las redes sociales. «Tengo que vender entre 1.000 y 1.200 pesos la docena para poder obtener algo de ganancia», dijo. Es decir que, por unidad, cada una de estas frutas se puede conseguir desde los 100 pesos en adelante.
«Hay naranjas en el Mercado, pero nos resulta carísimo y no son muy lindas. Por ejemplo, de un cajón que trae aproximadamente diez docenas, terminamos tirando dos docenas, por eso se eleva el precio y hasta perdemos», le explicó el feriante de la plaza Libertad al cronista de Radio Sudamericana.
El vendedor remarcó así que el riesgo para ellos es siempre el de perder la venta y la fruta. «Últimamente, prefiero no tener en mi puesto y decirle a la gente que espere. Tengo que vender entre 1.000 y 1.200 pesos la docena para poder obtener algo de ganancia», remarcó. Pero además, mencionó que la calidad tampoco es buena porque en muchos casos no son tan dulces o tienen poco jugo.
Esta situación, que se recrudeció en los últimos días, motivó incluso una queja del Gobierno provincial hacia Nación. Ayer, en un comunicado del Ministerio de Producción, dieron a conocer casos en los que cada fruta se vende incluso a 300 pesos por unidad (ver más página 3).
ALTERNATIVAS
Ante estos precios exorbitantes, lo que se recomienda es optar por otras frutas como la pera, que se encuentra en estación y que tiene un costo de alrededor de 300 pesos el kilo; o la uva, que si bien ya está quedando fuera de temporada, aún se puede conseguir a unos 600 pesos el kilo.
La banana y la manzana, siempre mantienen costos oscilantes, relataron los vendedores a la radio local. «Semana a semana nos vamos encontrando con precios nuevos. Hoy una buena manzana elegida puede costar alrededor de 600 pesos el kilo», indicó uno de ellos.
En las redes en tanto, cuando se dio a conocer esta «oferta», la alternativa que propuso la mayoría de los lectores fue que la gente deje de comprar naranjas hasta que el precio vuelva a bajar. Es una opción que, sin embargo, sólo supone un ahorro para el consumidor que tiene que renunciar a tomar un jugo natural.
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