En diálogo con el programa La Otra Campana, que se emite por LT7 Radio Corrientes en dúplex con LT25 Radio Guaraní de Curuzú Cuatiá, con la conducción de Gustavo Adolfo Ojeda, el arzobispo emérito de Corrientes, Domingo Salvador Castagna, bendijo a EL LIBERTADOR, que ayer 2 de Abril celebró su 25° aniversario.
Castagna, nacido en General Lamadrid, Provincia de Buenos Aires, el 12 de enero de 1931, además, se refirió a su amistad con el Papa Francisco, y no descartó que visite Corrientes, en caso de pasar por la Argentina en 2024.
El prelado, radicado en el Solar Histórico de la Cruz de los Milagros en la ciudad de Corrientes, también habló de los vínculos que lo atan a esta provincia y de la importancia de la tecnología como instrumento para difundir valores cristianos.
Es un placer, Domingo de Ramos, hablar con una persona de la talla del Obispo emérito de Corrientes, Domingo Salvador Castagna, a quien saludamos y pedimos una reflexión en este 25° aniversario del diario EL LIBERTADOR, que desde su primer día lo tuvo en sus páginas, como la guía rectora del devenir de Corrientes.
-Muy bien, me alegro de los veinticinco años, yo tengo una gran vinculación con el diario desde hace muchos años ya. Desde el tiempo en el que estaba al frente de la Arquidiócesis, cuando publicaba todos los lunes mis alocuciones radiales, lo cual agradezco enormemente, han hecho un servicio muy grande, a la Iglesia y a la población. Celebro los veinticinco años con ustedes, rezo por ustedes.
Usted es un hombre informado, con influencia, a sus 92 años, con una lucidez que asombra. En 2024, podría el Papa Francisco visitar a la Argentina ¿Cuál sería su mensaje al respecto, monseñor?
-El Papa sabe lo que hace. No sé si vendrá o no vendrá, esas son las cosas que se van produciendo ocasionalmente, es simple. Yo, de mi parte, hubiera venido hace mucho a la Argentina, porque Juan Pablo II fue de inmediato a Polonia, a pesar de que Polonia tenía un sistema político adverso a la Iglesia, como era el comunismo, y sin embargo fue, porque se encontró con el pueblo. El pueblo no era comunista, precisamente, sino, profundamente creyente. Pero no sé, yo no tengo nada que decir, pero yo hubiera aconsejado al Papa venir para encontrarse con el pueblo argentino que es un pueblo profundamente creyente y que lo ama, y reza por él.
A los 92 años sigue escribiendo sus homilías y da misa. ¿Cuál es su rutina?
-Había un sacerdote que era amigo mío, que murió a los noventa y seis años, que decía ‘¿Padre cómo está tan bien usted? La gracia de Dios’, decía él. La gracia de Dios. Pienso lo mismo, Dios quiere que sea así, que pueda servir a la Iglesia hasta último momento. No sé cuándo querrá venir a buscarme Él, pero mientras tanto tengo que cumplir una misión, como todos nosotros, en la tierra, y lo sigo haciendo de esta manera. Estoy muy lúcido mentalmente, para escribir; estoy al tanto de las cosas, de los problemas del momento, de los problemas de la Nación y de la ciudad, y por supuesto en la provincia, que amo muy entrañablemente.
¿Por qué eligió a Corrientes?
-Porque era la última comunidad que acompañé pastoralmente, por durante trece años y medio, en la cual uno va haciendo muchos amigos. De hecho, recuerdo que un grupo de laicos viene y me dice «Monseñor, sugerimos que usted se quede con nosotros, acá, y estamos dispuestos a hacerle una ubicación», y por eso hicieron la casa, esta, tremenda, la hicieron ellos. Lo vi como de Dios. Dios me está diciendo «quédate, no te vayas a Buenos Aires, que no te conoce nadie». Tengo familia, tengo mi hermana, los veo muy frecuentemente. Hace cuarenta años me fui de Buenos Aires.
Buenos Aires tiene su propia historia, su propia música…
-Además, me obligó, Ciudadano Ilustre, nada menos.
Le pedimos una bendición, para el diario EL LIBERTADOR, pero extensiva al gigante de la radio LT7, que ha perdido a su mentora, la señora Antonieta Danuzzo de Gómez, y recordar que LT7 siempre estuvo difundiendo los valores cristianos.
-Me alegro mucho, y espero que siempre sea así. Yo, por lo menos, estoy al servicio de ese propósito tan lindo, de estar junto al pueblo que en su mayoría es cristiano, pero también al pueblo que no es cristiano, que son el pueblo de Dios, son el pueblo correntino y argentino. Por supuesto que voy a rezar especialmente, en la Eucaristía, que es Domingo de Ramos, por el diario y los medios de comunicación a través de esa radio prestigiosa. Es Domingo de Ramos y hay que dar solamente una reflexión para la bendición. Se destacan dos actitudes, en el Evangelio de San Mateo, en la lectura de la Pasión, dos actitudes que son irreconciliables entre ellas: la de un pueblo humilde y creyente que ovaciona a Jesús, atribuyéndole la profesada identidad mesiánica, y la protagonizada por quienes reclaman su crucifixión y muerte, algo tan contradictorio. El mundo está marcado por esas contradicciones y por una lamentable y frívola audición en favor de Barrabás, asesino, confrontado con el Señor, con el Santo de Dios, que es un techado de santidad, de inocencia y santidad. Es algo para pensar ahora que va a empezar la Semana Santa. Mi bendición, para que todos gocen de esta Semana Santa y sea ella un florecimiento de fe, de esperanza y de caridad.
Usted, como muy pocos, maneja el celular y está en el mundo cibernético, y esto también es importante destacar.
-La tecnología contemporánea es buena en manos de los buenos, y no es mala, hay que decir, es mal aplicada en manos de los malos, de los corruptos, por eso yo la he aceptado en mi vida, desde el principio, hace muchos años ya.
Hay que poner estos medios al servicio de la fe evangelizadora.
-El Papa tiene seis años menos que yo.
Usted le gana en el servicio del mundo cibernético.
-Sí, trabajamos juntos acá, me distinguió siempre con su afecto, su gran afecto. Nos hemos encontrado con el Papa, yo viajé a Roma dos veces, incluso concelebramos la misa, desayunamos juntos, así que, para mí, me cuesta pensarlo como Papa, es el amigo de siempre. Por eso se lo decía a él. De hecho, es lo principal.
Ojalá que pueda venir al país, venir a Corrientes, no un día tan lluvioso como cuando vino el Papa Juan Pablo, aunque la lluvia es bendición de Dios.
-Sabrán recibirlo, si viene.
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