Por Noelia Irene Barrios
EL LIBERTADOR
La humanidad está sola en el universo? Esa pregunta y el hecho de que cada año miles de personas afirman haber visto elementos extraños en el cielo, son cuestiones que le quitan el sueño a más de uno. Y que el misterio siga sin respuestas, hace cada que vez sean más quienes dedican su vida a tratar de resolverlo. En Argentina, la Fuerza Aérea cuenta con un grupo de especialistas que estudia los reportes de avistamiento de objetos voladores no identificados (ovnis) que llegan de todo el país. Desde 2015, entre todos los casos que analizaron, figuran tres testimonios correntinos.
El Centro de Identificación Aeroespacial (Ciae), fue creado el 4 de abril de 2019, como resultado de una reestructuración de la Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (Cefae), creada el 6 de mayo de 2011. En su web oficial explican que si bien su tarea fundamental es la de investigar y analizar actividades y elementos en el espacio aéreo nacional, «continúan prestando (como tarea secundaria) el servicio de atención a las denuncias de avistamientos por parte de la ciudadanía».
Los registros de las denuncias de avistamientos analizadas por el Ciae datan desde 2015 a 2022 y están disponibles al público. En las carpetas, separadas por año, dan cuenta de cada caso recibido y detallan el exhaustivo trabajo de análisis que realizaron hasta lograr dar una respuesta a cada uno. Para ello, tienen un único y excluyente requisito: «A efectos de poder llegar a conclusiones certeras y precisas, además de la evidencia (restos materiales, fotos o videos) es fundamental para la investigación contar con un testimonio veraz, que describa con la mayor certeza al fenómeno observado».
REGISTROS
DEL TARAGÜÍ
En el caso de Corrientes, los testimonios reportados, datan de años distintos. Todos fueron resueltos.
El más antiguo data del 2 de enero de 2015 y llegó desde la ciudad de Ituzaingó. El testigo aportó una fotografía en la que se puede ver un objeto circular sobre una playa. En el relato de cómo la obtuvo el hombre mencionó que capturó la imagen cuando iba en bicicleta con sus hijos y que el extraño objeto apareció y desapareció «de forma súbita y sin moverse a ninguna dirección».
«El testigo refiere que al llegar al lugar, el objeto no estaba allí y que (luego de verlo y sacarle una foto) cuando bajó la cámara el objeto ya había desaparecido», señala el reporte y agrega: «Por extraño que parezca, esta exigua parte del relato adolece del defecto de encajar también con un escenario de pelota lanzada al aire».
En este caso, los expertos analizaron a fondo la fotografía. Ampliaron la imagen y así pudieron determinar de qué se trataba. «El objeto fotografiado es compatible con una pelota de reducidas dimensiones, lanzada al aire a poca distancia de la cámara», concluyeron.
El siguiente registro llegó de la ciudad de Curuzú Cuatiá y data del 14 de junio de 2020. Es también una fotografía en la que, según el informe «pudo observar al objeto por unos cinco minutos y luego se retiró, mientras el objeto mantuvo la misma posición sobre el horizonte».
La primera acción de los especialistas fue, a través de un programa especial, hacer más nítida la imagen. Hecho esto, mencionan: «El objeto se revela como casi perfectamente circular». Todavía sin una respuesta, siempre según lo detallado en el informe, le pidieron a la testigo una fotografía diurna del mismo lugar. El objetivo era tener más precisión sobre el rumbo en el que fue captado el objeto y esto fue crucial para descubrir qué era.
Sospecharon que estaban ante un objeto celeste y para despejar dudas hicieron una simulación con las coordenadas del lugar con la fecha en la que fue captada la imagen. «Se concluye que el objeto luminoso de la fotografía es coincidente con el planeta Júpiter, que en ese momento tenía una magnitud de -2.65, haciéndolo el astro más brillante de todo ese sector del cielo nocturno», explicaron.
El último caso correntino lo aportó un vecino de Pueblo Libertador el 1 de agosto de 2021. El testigo filmaba el paisaje con un dron y luego, cuando revisó el video observó algo que le llamó la atención.
«De la simple inspección del video en modo cuadro a cuadro, se observa un objeto blanco, casi reducido a un punto, cruzando el campo visual de izquierda a derecha en una trayectoria rectilínea. La falta de definición del mismo puede deberse a que está pasando muy cercano a la mínima distancia focal de la cámara (lo que, a su vez, explica la elevada velocidad angular observada). No obstante ello, hemos podido aislar y ampliar uno de los cuadros en el que puede apreciarse una forma triangular», exponen los especialistas.
Con todo este trabajo, arriban a la conclusión de que se trata de un insecto. Pero también aclaran: «Si bien, como ocurre con todos los casos de aves o insectos que se cruzan inadvertidamente frente a la cámara, intentar reproducir el avistamiento resulta imposible por su fugacidad, como así también lo sería la búsqueda de testimonios que apoyen dicha hipótesis, sin embargo, la morfología y el color exhibidos por el objeto son compatibles con un lepidóptero, muy probablemente: Morpho epistrophus argentinus cuyas alas exhiben un intenso color blanco».
VALIOSO
En el Ciae explican que la totalidad de los casos que analizaron hasta el momento, resultaron ser menos misteriosos de lo que en un primer momento parecieron. Sin embargo, lejos de desalentarse destacan que cada testimonio abordado es «muy valioso desde el punto de la vista de la investigación ovni». «Especialmente en la corroboración de la existencia de un abrumador porcentaje de Ovis (Objetos Voladores Identificables) que resultan de interpretaciones honestas pero erróneas, en las que se han confundido objetos ordinarios con extraordinarios», agregan.
«Las fotos y videos recibidos, aun habiendo sido resueltos como clásicos ‘Ovis’, tienen un gran valor didáctico para los estudiosos, sirviendo también como ejemplos de ufología comparada a nivel internacional», completan.
Es por esta razón, que alientan a quienes tengan pruebas sobre un avistamiento de algo que no pueden explicar en el cielo, a que envíen sus testimonios para continuar la búsqueda de respuestas. Para ello, deben completar un formulario que aparece en el sitio www.argentina.gob.ar/fuerzaaerea/centro-de-identificacion-aeroespacial y luego, enviarlo al correo que figura en la misma web.
En su escudo, el Ciae tiene una máxima en latín: «Cognocere causas mysteria solvit», «Saber las causas resuelve el misterio». Y así se trate de objetos más terrícolas que espaciales, el hecho de responder algo hasta el momento inexplicable, justifica todo el esfuerzo.
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