La Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro) realizó un estudio orientado a diagnosticar cuál es el estado de situación del sector, en el marco de un año muy desafiante desde lo climático.
La encuesta «Una mirada sobre la realidad productiva en un año climáticamente desafiante», realizada por Synopsis para Coninagro, a 500 productores agropecuarios en distintas zonas del país, arrojó que las inclemencias climáticas afectaron severamente a sus producciones.
Al respecto, el director y analista político, Lucas Romero presentó los datos a la comunidad de Coninagro en el Encuentro que reunió a presidentes de las federaciones y gerentes de las cooperativas que integran la entidad.
En un sondeo realizado a quinientos productores, el 85,7 por ciento de ellos manifestó haber sido perjudicado por la sequía. Esos niveles de afectación varían de provincia en provincia, siendo las de la pampa húmeda las más castigadas por las inclemencias, donde los niveles de afectación ascienden por encima del 90 por ciento.
Tanto en el sector productor de granos como en el sector ganadero bovino, señalaron haber sido afectados por la sequía en un 96,5 por ciento y en un 93,9 por ciento respectivamente. En ambos casos, son niveles que por sí solo ilustran la dimensión que tuvo la sequía ocurrida esta temporada agrícola.
Por su parte, un 40,7 por ciento de los productores consultados también señalaron haber sido afectados por las heladas, particularmente por la ocurrida a mediados de febrero, que por su profundidad y anomalía produjo tanto daño como la sequía.
EL 68 POR CIENTO
COSECHÓ MENOS
DE LO ESPERADO
Todos los sectores se vieron afectados por las heladas, pero por sobre todo fue un evento climático que afectó al sector frutícola y hortícola.
Entre las principales consecuencias de la sequía, el 68 por ciento mencionó que cosechó menos de lo esperado, mientras que otras afectaciones señaladas fueron: la necesidad de asumir más gastos operativos (33 por ciento), la necesidad de tomar más deuda de lo planificado (33 por ciento), la necesidad de postergar inversiones (33 por ciento).
Del total de productores consultados, el 62,4 por ciento de ellos señalaron que su producción bajó 50 por ciento o más en relación a la campaña anterior, lo cual habla de la profundidad de la pérdida ocasionada por el mal clima. En Entre Ríos, por el lado agrícola y en relación a la sequía, y en Mendoza, por el lado vitivinícola y en relación a las heladas, se registraron los niveles más altos de pérdida de producción en relación a la campaña anterior.
EL 71,5 POR CIENTO
CONSIDERA QUE LA
ASISTENCIA ES MALA
O MUY MALA
En relación a la reacción de los productores con los respectivos gobiernos y sus sistemas de asistencia, el 76,8 por ciento señaló que su provincia declaró la emergencia en virtud de la situación productiva provocada por el clima. En ese universo, el 48,2 por ciento señaló que tramitó el correspondiente certificado de emergencia y del 51,8 por ciento que no lo hizo, un 50 por ciento manifestó que lo hará en el futuro.
Pero más allá de la declaración de emergencia, el 71,5 por ciento de los productores manifestaron percibir una mala o muy mala respuesta gubernamental frente a la sequía que afectó al sector productivo.
«Un aspecto que pudiera profundizar el malestar que el sector viene teniendo en el modo en que los gobiernos provinciales acompañan al sector productivo, en un contexto de permanentes cambios en las reglas de juego, de alta presión impositiva, pero de una ayuda deficiente del Estado cuando el sector se ve afectado por circunstancias climáticas como las que acontecieron durante esta campaña», sostuvo el presidente de Coninagro, Elbio Laucirica.
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