Organizaciones sociales retomaron el «ritmo de protestas» que supieron exponer semanas atrás, cuando se lanzó la campaña hacia el 11 de junio. La jornada de ayer en el microcentro fue caótica. Manifestaciones en diferentes puntos neurálgicos congestionaron el tránsito y comprometieron la circulación de miles de personas que debían realizar trámites, ir al trabajo o a estudiar.
Todo fue en el marco nacional de reclamos que realizaron diferentes movimientos en contra del Gobierno nacional, añadiéndole en cada jurisdicción las quejas locales. Fue así que se pudieron observar columnas de manifestantes movilizándose por las calles capitalinas con pancartas y banderas. Una de ellas, terminó frente a la sede del Instituto de Viviendas de Corrientes.
Fue allí donde se produjeron enfrentamientos entre la Policía y personas que intentaron ingresar por la fuerza a las oficinas de la dependencia provincial. Videos que se encuentran en la web y las redes sociales de EL LIBERTADOR mostraron cómo los efectivos debieron encerrarse para evitar la «entradera».
¿»CAUSALIDAD»?
Para quienes no creen en la «casualidad», esto que ocurrió ayer pudo ser resultado de la «causalidad», pero no por una motivación cualquiera, sino una «causalidad política».
Es que resulta oportuno remarcar que los enfrentamientos en la vereda del Invico se sucedieron en el mismo momento en que el gobernador, Gustavo Valdés se encontraba realizando la entrega de viviendas en el barrio Doctor Montaña (ver página 7).
Difícilmente este hecho haya sido una coincidencia «sancta», teniendo en cuenta algunas variables que transcurren en forma subrepticia para la mirada de la gente, que tienen que ver con el manejo de los hilos del poder local y nacional, en tiempos en los que mucho se pone en juego, tal lo que sucede en Corrientes, que va camino a una elección que posicionará al distrito radical ante el país y cuyo resultado marcará -en cierta manera- la puja rumbo a octubre.
No fue azaroso que justo cuando el mandatario radical estaba entregando llaves a vecinos correntinos, algunos grupos de personas hayan aprovechado la agenda de los movimientos sociales para embestir contra la oficina que este jueves 18 adquirió cierto protagonismo.
MANIOBRAS
Desde este medio, se señaló (previo a la definición de listas) el contexto latente y las advertencias emitidas por algunos sectores del Gobierno provincial, en cuanto a intentonas tendientes a «romper la paz social».
Protestas en municipios radicales que competirán el 11-J por inseguridad, pero apuntando a los intendentes y no al Ejecutivo provincial, cuando la Policía depende de este último. Así como reclamos estratégicos en bastiones justicialistas que visitó Valdés, sumado a los paros impulsados por uno de los seis gremios que fue apuntado como un «sindicato kirchnerista», teniendo entre sus referentes a dirigentes allegados a la oposición. Un combo de concatenaciones que se dieron cuando aún no se definían los candidatos y que ayer retomó la belicosidad, pero con otro contexto surgido de las postulaciones legislativas.
Para algunos integrantes del Gobierno, se trata de algunas maniobras impulsadas por espacios políticos que «deben justificar de alguna manera los lugares obtenidos, teniendo en cuenta que el ‘dedo de Buenos Aires’ fue el que configuró un escenario de tensión interna» en las filas opositoras con el ungimiento de algunos candidatos «sin representatividad ni legitimidad aliada».
Para varios radicales, «aprovechan el quilombo nacional para meter baza local en el contexto político generando caos, buscando romper la paz social». Para otros, «buscan que en los titulares nacionales se habla de heridos o sangre. Es un comportamiento organizado, que responde a intereses estrictamente políticos».
En concreto, es de esperar que, conforme se acerque el tiempo de votación y la coyuntura nacional colabore para el malestar general, en Corrientes se observen hechos de confrontaciones cada vez más violentas, con sectores que aprovechen las necesidades de la gente para instalar un «tembladeral social». O sea, junio sería la primera escalada, restará por observar qué depararán este tipo de estrategias hasta octubre (o diciembre).
Acciones legales
El interventor del Invico, Lizardo González se encargó de formalizar un repudio a lo que denominó una «irrupción violenta» de manifestantes. Habló de un «lamentable accionar» de «un grupo de personas que arremetieron hacia las instalaciones de la sede central», de calle La Rioja y San Martín de la Capital.
Aseguró que la Policía ya identificó a los principales atacantes, «por lo que se procederá a una demanda por daños y perjuicios de bienes del Estado».
«Un grupo de manifestantes violentos ingresaron, tiraron excrementos, arrojaron sillas y realizaron varios destrozos en las instalaciones», detalló González para remarcar que fueron reconocidos cuatro sujetos que antes de la irrupción «se encontraban manifestando junto a agrupaciones frente a la sede, supuestamente reclamando viviendas».
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