Wado ya no habla como ministro del Interior. Lo hace en su rol de flamante precandidato. A que se verá en la recta final, aunque la campaña en curso apunta a instalarlo como un presidenciable, lo que le permite acumular una base de poder y de conocimiento de la que carecía. La disyuntiva es clara. Presidente o Gobernador de Buenos Aires, Wado ya no le esquiva al bulto ni da vueltas para admitir que está subido a la carrera electoral de cara a 2023. Lo hace con el guiño indisimulable de su mentora, que comienza a dar pistas claras de sus preferencias que no van más allá de la dupla Axel-Wado, sin espacios para una tercera opción. El resto lo dirá el manejo de los tiempos y las realidades, de acá a la fecha límite que tampoco será el 25 de mayo.
Está claro que Sergio Massa no está en el bolillero, aunque será tenido en cuenta para la confección de las listas legislativas y conservará la poltrona en Economía si logra que la situación no se desmadre.
La candidatura de Wado fue anticipada, en exclusiva a nivel país, por EL LIBERTADOR hace un año. Desde estas páginas negamos toda posibilidad de que Cristina fuera por su reelección, ratificamos que el pedido de los gobernadores y de La Cámpora, de hacer caer las Primarias no prosperaría, pero también señalamos que al final del camino el Frente de Todos, que cambiaría de nombre, terminaría con una lista única, sin Paso para la fórmula presidencial ni para la de Gobernador de Buenos Aires, lo que no invalidaría que haya Paso para otras categorías y en distintas provincias, incluida Corrientes.
Finalmente dijimos que no sería improbable un enroque sobre el filo de los tiempos entre Wado y Axel (Kicillof) subiendo a este último a la candidatura presidencial y dejando a Wado como candidato para retener la Provincia, y como hipótesis, sólo como hipótesis por ahora, la posibilidad de desdoblar las elecciones en el principal bastión del peronismo, que es donde se libra la madre de todas las batallas: la provincia de Buenos Aires.
Con el mismo empeño con que Cristina apunta a conservar su base de electoral en territorio bonaerense, el macrismo intenta retener la Ciudad Autónoma, aunque, a esta altura, pareciera un objetivo difícil de lograr.
Martín Lousteau corre con ventajas y podría permitir que la UCR recupere su botín más preciado, algo que a Horacio Rodríguez Larreta no sólo no lo preocupa, sino que ve, en esa variante, una mejor gobernabilidad sin el contrapeso de su propia estructura partidaria.
IMPULSO
En las últimas horas, Wado recogió el guante. Rápido de reflejos, sintió que Cristina por primera vez blanqueaba la operación en curso desde hace varios meses atrás. Luego del reportaje de la ex Presidente por C5N ya no quedaron dudas de muchas de las cosas que otros sectores de la misma Cámpora y del resto del kirchnerismo no habían tomado nota.
«Soy de una generación que le podemos decir de la esperanza y es bueno que la Argentina, a 40 años de la vuelta de la democracia, empiece a hacer una transición generacional en todos los ámbitos, porque el mundo cambió. Soy de una generación que está tomando protagonismo, y es bueno que empecemos hacer una transición generacional», dijo De Pedro en declaraciones realizadas en Mar del Plata.
Horas antes, Cristina había vuelto a ratificar que no irá por la reelección en las próximas elecciones, algo que EL LIBERTADOR lo viene diciendo desde hace varios meses atrás, y expresara su deseo de que «los hijos de la generación diezmada tomen la posta».
Ello alentó las versiones sobre una posible precandidatura de quien es su principal espada política, con línea directa aun al margen de la propia organización en cuya conducción hay posiciones encontradas desde hace tiempo.
Tras inaugurar las oficinas del Renaper, Wado se refirió a esta posibilidad: «Soy miembro militante peronista de una fuerza política y estaré a disposición de lo que nuestro pueblo diga, y desde el lugar que me toque, trabajaré por una Argentina justa, libre y soberana con trabajo e industrias nacionales. Cuando el peronismo organice su fuerza, con Paso o sin Paso, no tengo dudas de que empezando de abajo vamos a crecer pasito a pasito», dijo Wado, que estuvo acompañado por la titular de la Anses, Fernanda Raverta.
«Cristina dice siempre que a este mundo nuevo le hacen falta ideas nuevas, así que soy parte de una generación que tiene ganas de rescatar los mejores valores de los últimos 40 años, los que nos permiten convivir, los que nos permiten respetarnos», agregó.
«La intención es rescatar de cada uno de los gobiernos o experiencias sociales que hubo los mejores valores para construir una Argentina que funcione», completó.
De cara a la próxima campaña electoral, De Pedro sostuvo que «hay que decir lo que se siente, lo que se piensa, no mentir, no prometer y no hacer marketing».
«Si vas a enamorar a alguien disfrazado de algo que no sos, quizás dure poco. Tiene que ver con un modelo, un proyecto, un programa. Cristina habla que los próximos gobiernos tienen que tener un fuerte contenido porque venimos de años en el que el marketing, el eslogan, la TV, las redes sociales tuvieron mucho protagonismo y confundieron mucho, y a la hora de gobernar faltaron propuestas», remarcó.
«Hay que enamorar con un proyecto, con un programa con ideas claras y después llevarlo adelante con mucha fuerza y con muchas convicciones», concluyó.
Horas después, en un multitudinario mitin organizado por el sindicalismo que responde al legendario líder de los gastronómicos, Luis Barrionuevo, uno de los hombres más cercanos a Wado, el acto concluyó con cánticos que, a viva voz, clamaron por la candidatura que propicia Barrionuevo. Un todo terreno con aceitados vínculos con otro de los pesos pesados de la política vernácula como es el histórico operador ucerreísta Enrique «Coty» Nosiglia, quien es hoy uno de los hombres que, con mayor ahínco, promueve no sólo retomar una línea de contacto con el peronismo, de cara a los difíciles tiempos que se vienen, sino terminar de ensamblar una ingeniería electoral en Juntos por el Cambio que corporice en un marco de realismo, la inserción de la UCR, con marcadas preferencias, como otros radicales, y la Coalición Cívica por Horacio Rodríguez Larreta apostando todas las fichas a recuperar a través de Lousteau el control de la Capital.
Otro de los que ayer sorprendió fue el ex gobernador, Juan Manuel Urtubey, quien, a pesar de estar en un espacio cercano al Gobernador de Córdoba, distante al kirchnerismo, se pronunció en términos muy positivos respecto al desafío que asume Wado de Pedro. Todo un dato que deja mucha tela para cortar, más si se analiza el perfil del candidato que el peronismo debiera llevar a un eventual ballotage para que sea competitivo.
Al día de hoy, está claro que el mejor para hacer una buena elección en primera vuelta es Kicillof y que la mejor carta que tiene el PJ para una segunda vuelta es De Pedro.
En este caso, el orden de los factores sí altera el producto.
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