Un adolescente que viene luchando desde hace 17 años contra una afección congénita llamada linfagioma junto a su familia, busca recaudar fondos para continuar su tratamiento en Buenos Aires. Es por ello que lanzó una rifa que se sortea en agosto.
Se trata de Franco Gómez, un jovencito que si bien reside en la vecina provincia del Chaco, tiene familiares en Corrientes y su abuela le contó a EL LIBERTADOR el drama de la enfermedad que lo afecta desde que nació.
“Él es paciente del Hospital Pediátrico Prof Dr Juan P Garragan desde hace 17 años y su patología es Linfagioma. Son quistes de grasa que se aparecen en la cara y el cuello, presionan la tráquea y complica la respiración”, sostuvo Elena.
A lo largo de estos años el adolescente se sometió a varias cirugías reparadoras y evolucionó.
No obstante ello, su tratamiento es de por vida y tiene controles anuales obligatorios.
“Él tiene su equipo médico que lo controla. Son muy buenos médicos especialistas en Linfagioma”, remarcó la abuela y añadió que respondió de muy buena manera al tratamiento y pudo terminar su educación Secundaria.
Es una patología que “no tiene cura solo tratamiento, controles y de ser necesario cirugías hasta los 25 años en el hospital Garrahan, luego lo derivan al hospital Italiano”, aclaró Elena.
El bono contribución que se lanzó para ayudar a Franco Gómez, se sorteará el 3 de agosto, por la Quiniela Nacional Nocturna, tiene un valor de mil pesos y los premios son una canasta familiar con 30 productos de primera necesidad, higiene y limpieza y una canasta de golosinas.
Se puede recabar más información a los números telefónicos 3624 188601 y 11-3268599.
¿Qué es el Linfangioma?
De acuerdo a un portal médico, los linfangiomas son protuberancias que se forman bajo la piel debido a una acumulación de vasos linfáticos dilatados; los vasos linfáticos son conductos que transportan la linfa (un líquido claro relacionado con la sangre) por todo el cuerpo.
Los linfangiomas son poco frecuentes, pero por lo general aparecen entre el nacimiento y los 2 años de edad. Pueden ser abultamientos diminutos o crecimientos grandes deformantes.
No pican ni duelen y no son una forma de cáncer, destacó el sitio msdmanuals.com.