Por Noelia Irene Barrios
El Libertador
La historia de la revolución y la independencia nacional está minada de personajes imprescindibles. Héroes y heroínas que lucharon incansablemente para que Argentina fuera un país libre del dominio español. En todo ese proceso, Corrientes tuvo a sus grandes protagonistas, con el propio General San Martín, por ejemplo, bien llamado «Padre de la Patria». Pero también con mujeres valientes e indomables que dieron su aporte fundamental a la causa libertadora. Una de ellas se enfrentó a su propia familia para ayudar a los bravos guerreros. Se llamaba Juana María Dolores Vedoya, inmortalizada como «La Patricia Correntina».
Doña Dolores, como aparece en los registros históricos, nació en la ciudad de Corrientes, en 1791, fue hija de Manuel de Vedoya y García de Cossio, un hacendado que tuvo el cargo de teniente de gobernador de la provincia; y de Margarita de Lagraña Dizido Zamudio. Se casó con Raimundo Molinas de Balaguer, un respetado comerciante español que fue quien mandó a construir la famosa casa de la calle Pellegrini 917, hoy convertida en museo.
Esta dama correntina tenía apenas 19 años cuando estalló la Revolución de Mayo en 1810. Y a pesar de su juventud tenía muy en claro sus ideales, los que claramente no coincidían con los de su familia.
Don Raimundo, su esposo, como buen español, estaba en contra de la posible independencia y se dice que conspiró tratando de evitar que la causa revolucionaria prospere. En esta movida a favor de los realistas, el comerciante tuvo de aliado a su suegro, el padre de Dolores, quien estaba de acuerdo con él y apoyaba sus intentos de impedir que se lleve adelante la causa libertadora.
CONVICCIÓN
Doña Dolores no hizo caso a las imposiciones de la época y desoyendo a su esposo y su padre, hizo algo por lo que se la recuerda hasta hoy. Fue en noviembre de 1810, cuando el General Manuel Belgrano pasaba por la provincia, al frente de la Expedición al Paraguay.
Por ese entonces, en las provincias se sabía de las campañas y también de las necesidades del naciente ejército argentino. En particular, después del 7 de junio de ese año, cuando la Gazeta de Buenos Ayres publicó un escrito en que se solicitaba la colaboración de los vecinos con la causa. Más precisamente, que se comprometieran y donaran fondos para llevar adelante la gesta libertadora.
Grande fue la sorpresa en Corrientes cuando se supo que una de las personas que hizo su aporte fue Doña Dolores, esposa e hija de dos conocidos antirrevolucionarios.
Los registros mencionan que donó sus joyas, la suma de 25 pesos fuertes (moneda de gran valor para la época), hacienda y bienes para apoyar el paso de Belgrano. Y pese a la importancia que tuvo su acto en favor de la causa, lo que más se le reconoce fue la valentía de haber mantenido su convicción aun ante la presión de la familia y de una sociedad más bien conservadora.
Dolores tuvo nueve hijos y tres de sus nietos y un tataranieto fueron gobernadores de la provincia: José María Llano, Antonio Ruíz, Juan Ramón Vidal y Blas Benjamín de la Vega.
Esta notable correntina vivió una vida larga y plena. La noticia de su muerte en 1875 causó gran conmoción en la sociedad.
En 1910, el historiador Adolfo P Carranza la menciona de esta manera en su libro Patricias Argentinas: «Dolores Vedoya de Molinas. Esta distinguida dama de la sociedad correntina que falleció en 1875, a la edad de ochenta y cuatro años, ocasionando un duelo general, por el respeto de que gozaba, contribuyó con veinte y cinco pesos fuertes para los gastos de la Expedición».
Doña Dolores es reconida oficialmente como Dama Patricia de la Independencia Nacional. El título es un homenaje a todas las mujeres que como ella enfrentaron las adversidades, convencidas de que la libertad es un derecho vital de todas las personas.
La Ordenanza N° 3.724 del 21 de mayo de 2002, incluyó en el circuito histórico de la ciudad de Corrientes, a la Casa Molinas como «Casa de la Patricia», construida por un realista y habitada por una verdadera patriota.
Una familia de señoras rebeldes
El nombre de Doña Dolores Vedoya de Molinas no es el único que aparece entre los registros de las correntinas que aportaron a la causa libertadora. En el libro Patricias Argentinas, el historiador Adolfo P Carranza menciona, para el caso de la provincia a otras cuatro mujeres que entregaron bienes y dinero para la campaña.
El llamativo detalles es que todas comparten apellidos o parentesco con Dolores, dando cuenta de que actuaban organizadas, pese a la oposición de los hombres de la familia.
Se trata de Margarita Lagraña de Vedoya (cincuenta cabezas de ganado); Ana Rosa Lagraña de García de Cossio (doscientas cabezas de ganado y en caso de urgencia todas las alhajas de su uso); Antonia Rosa García de Cossio (cien cabezas de ganado); y María Josefa Vedoya (seis pesos fuertes).
Recuerdo para la posteridad
En 1910, año del primer centenario de la Revolución de Mayo, se hizo un homenaje para las Damas Patricias Argentinas. Se trató de medallas personalizadas con el rostro y una pequeña reseña de cada una de las patriotas.
Doña Juana María Dolores Vedoya de Molinas, tuvo la suya. Se trata de una medalla de bronce realizada por la firma Constante y Alberto F Rossi, la fábrica nacional de medallas de esa época.
En el anverso, la medalla tiene una pequeña talla del rostro de la Patricia Correntina. También la inscripción de los años de su nacimiento y muerte, 1791 -1875 y finalmente, el sello de la empresa.
En el reverso, la inscripción: «Dios y Patria/A la memoria de Dolores Vedoya de Molinas/ La Sociedad Patricias Argentinas/1810 1910/ Centenario de la República Argentina».
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