El director de la Sociedad Rural Argentina, Ángel Rossi presentó un documento en el que propuso un nuevo modelo económico vinculado con la producción agrobioindustrial: «El modelo que sustituye importaciones es muy antiguo», en el marco de la 135ª edición de la Exposición Rural, en Palermo.
El escrito fue desarrollado por un grupo de referentes de más de sesenta instituciones.
La génesis tuvo como semilla inicial a las ideas de Andrés Blaquier, quien falleció el año pasado, y luego sumó los aportes y acompañamiento de 12 entidades: la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa; Asociación Forestal Argentina; Asociación Maíz y Sorgo Argentino; Confederaciones Rurales Argentinas; Confederación Intercooperativa Agropecuaria; Confederación Argentina de la Mediana Empresa; Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola; Federación Agraria Argentina; Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina; Fundación Barbechando; Fundación Producir Conservando; y la Sociedad Rural Argentina.
Durante el lanzamiento del documento, que demoró un año en realizarse, se explicó que las cadenas agrobioindustriales representan el 18 por ciento del PBI y definió que la agrobioindustria tiene, de todos modos, un «gran potencial a futuro en lo que queramos». A modo de ejemplo de este nuevo motor de desarrollo, Bisang estableció que el país podría lograr una cosecha de 180 millones de toneladas si se lo propone.
DESARROLLAR,
DEFENDER, POTENCIAR
Los puntos que el campo necesita que la política provea bajo la consigna de «desarrollar, defender y potenciar a la Agrobioindustria como motor de cambio del país» son, según se señaló, de cinco órdenes distintos.
En primera instancia, «un marco institucional que garantice la división del poder, las reglas de juego la propiedad privada y la seguridad jurídica».
En segundo lugar, «programas económicos consistentes, con equilibrios fiscales y monetarios y una profunda revisión del sentido, nivel y eficacia del gasto público».
A eso se suma la necesidad de «una reforma impositiva y laboral, sumado a una revisión de los múltiples sistemas de promoción que impulse la actividad privada en función de una estructura productiva superadora».
A esos puntos sigue «una estrategia de desarrollo de una infraestructura moderna junto a una política integral en materia educativa y desarrollo científico y tecnológico».
Finalmente, se propone generar «una agenda exterior de equilibrada apertura y negociaciones internacionales que permitan mayor acceso a mercados a menores costos, eliminando toda restricción cuantitativa a las exportaciones».
En primera persona
«Estamos exportando materia prima semielaborada de alto potencial de transformación industrial posterior», indicó Rossi, dando a entender que uno de los caminos del desarrollo es agregar valor a los granos y a la biomasa disponible.
«Tenemos que hacer un cambio de modelo económico, el que sustituye importaciones, es muy antiguo, y tenemos en la mano una salida, que es la agrobioindustria como motor de desarrollo», agregó el directivo.
«Esto es un nuevo lugar, para un nuevo campo, con un modelo de desarrollo distinto para un futuro prometedor de la Argentina. Ya no es el campo, sino que es un motor de desarrollo al que hay que soltarle el freno», indicó Roberto Bisang, economista del Conicet.
«Si a esto tenemos que ponerle nombre y apellido es, sin lugar a dudas, Andrés Blaquier (el empresario que asesinaron en la Panamericana para robarle su moto). Él y su familia, son merecedores de esto», expresó el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, quien recordó al mentor de la elaboración del documento.
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