Invitado por la Vicegobernación, el vicealmirante (Re) Benito Ítalo Rotolo visitó Corrientes para presentar el libro que escribió junto al licenciado José Enrique García Enciso, Malvinas, cinco días decisivos: por qué la guerra pudo tener otro final.
El texto fue presentado por el historiador Diego Maeder en el recinto de sesiones de la Legislatura, sede ubicada sobre Salta 545, luego de lo cual Rotolo y García Enciso ofrecieron sus testiomnios y abrieron una ronda de preguntas entre los presentes.
Entonces, Benito Rotolo fue aviador naval, piloto de aviones de ataque, convocado desde Francia para integrar el portaviones 25 de Mayo, para una guerra «que no habría de ocurrir».
En este libro desgrana un relato profesional y sereno, pero sentido, sufrido y expectante que ilumina una experiencia de combate difícil de imaginar, y sus posteriores conversaciones con el almirante británico Jeremy Black, al mando del portaviones Invencible, y con Alan West, comandante de la fragata Ardent, hundida por aviones argentinos, son un testimonio locuaz de lo vivido.
José Enrique García Enciso, había sido convocado por la Secretaría General de Presidencia en 1981 para integrar un grupo confidencial que prepararía la recuperación diplomática definitiva de las Islas Malvinas. A partir de allí, se convirtió en un protagonista privilegiado de esos días decisivos, ya que conoció en detalle, hora tras hora, las aspiraciones, dudas, errores y engaños que precipitaron un final que pudo haber sido distinto.
El evento cobra especial interés luego de que la UE se refiriera al territorio en disputa como «Islas Malvinas/Falkland Islands» en una declaración emitida esta semana después de la cumbre en Bruselas con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), un grupo de 33 países que incluye a Argentina.
Vicealmirante Rotolo ¿qué significa este libro?
-Malvinas, cinco días decisivos: por qué la guerra pudo tener otro final, es un testimonio de la historia de Malvinas que hemos vivido los dos, junto con José Enrique García Enciso, y que consideramos que fue un punto clave del conflicto después de eso. En el libro recordamos cómo no habiéndose logrado el último intento de paz serio que hubo durante todo ese período, la guerra fue inevitable y quedamos en un callejón sin salida, tanto Gran Bretaña como nosotros, Argentina, y, por lo cual, siguió el conflicto en la guerra armada que continuó hasta el 14 de junio.
Declaraciones recientes del término Malvinas en oposición a Falklands en las comunicaciones protocolares de la Unión Europea, resultaron en un significativo reconocimiento a la diplomacia argentina, no obstante, también en el país se ha abierto un debate interno luego de que se descubriera un radar británico instalado en Tierra del Fuego ¿cuál es su opinión?
-Malvinas siempre, para nosotros y, por supuesto, también para los británicos, todo el Atlántico Sur fue y es un punto estratégico, por eso es que ellos estaban ahí y también por eso es que nosotros reclamábamos y seguimos reclamando. Lo que pasa es que el que contamos en el libro fue un punto clave, sobre el cual queremos hacer una demostración de cuán importante era para la Argentina que ellos atendieran nuestros reclamos, causa por la cual, por distintas vicisitudes, se terminó en una guerra. Pero, digamos, nadie quiere eso. Al analizar las comunicaciones previas creo que quedó demostrado un contraste sobre algo que ellos siempre decían, que la Argentina reclamaba y reclamaba, pero que nunca demostraba gran interés. Creo que la gran sorpresa fue la reacción del pueblo argentino respecto a Malvinas. Y hoy, por supuesto, hoy sigue siendo tan estratégico para nosotros como para ellos. Y algún día nos tendremos que sentar para resolver esto.
Argentina va hacia elecciones presidenciales, y el votante a decidir qué es bueno para el país. Como héroe de guerra, ¿cuál es su consejo?
-Siempre es sano que el pueblo elija a sus autoridades y que se intenten resolver los tantos problemas que tenemos, eso es una esperanza de todos. Yo creo que no es tan difícil para nuestro país reubicarnos como debiera ser en el plano político, económico y también en el internacional. De todos modos, debo reconocer que, a pesar de los cambios de gobierno, la política de reclamo respecto a Malvinas es una política de Estado. Quien en adelante asuma este desafío quizás necesite de una imaginación terrible para saber cómo poder hacer que este reclamo sea atendido y que, además, sea acompañado en el ámbito internacional.
.