En diálogo con EL LIBERTADOR, el libreño Carlos Layoy contó acerca de sus preparativos para las próximas dos competencias sudamericanas de salto en alto donde buscará sumar puntos vitales para poder mantener viva la ilusión de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio que comienzan a mediados de julio. Además habló sobre los acontecimientos posteriores tras la campaña solidaria de Santiago Maretea en las redes sociales. También resaltó sus inicios en la disciplina, y su futuro como profesional en la provincia.»Siempre es un orgullo vestir los colores del país, es algo emocionante y es un plus a la hora de competir», destacó.
Cabe recordar que el libreño ostenta el récord argentino de salto en alto, con 2,25 metros, y se mantiene como número 1 de esta disciplina desde hace 11 años consecutivos.
«Que sigan haciendo fuerza por mí, que si no llego a clasificar igual voy a estar agradecido por todo el apoyo que recibí de la provincia, pero en los Juegos va a ver un correntino saltando», dijo con toda su dosis de optimismo.
El deportista, de 30 años, comentó que su comienzo en la disciplina viene desde bien joven. «Empecé representando a la escuela cuando tenía 14 años, y después fui pasando etapas que de un día para el otro en un torneo me ofrecieron la beca en el Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo)», indicó.
Ante la propuesta, Layoy lo analizó junto a su familia, y apostó a perfeccionarse en la disciplina de salto en alto, para poder a aspirar a nuevos proyectos y logros. «Cuando decidí venirme para estos lados, a los dos meses estaba compitiendo en un sudamericano de Sub 20 con 16 años, y fue así como comenzó todo», señaló al respecto.
SU META
El próximo objetivo para el atleta, es lograr conseguir un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio a desarrollarse este 23 de julio al 8 de agosto. Para ello, buscará ubicarse dentro de los 32 mejores del ranking mundial. Fe es lo que le sobra y viene de destacarse en el certamen Sudamericano realizado en Guayaquil, donde compitió y consiguió hacer podio, al clasificarse en el tercer lugar de la prueba continental, y adjudicarse la medalla de bronce para Argentina.
«Todavía no estoy clasificado, me quedan dos torneos, la semana que viene seguramente competiré en Chile, y a fin de mes en Brasil», precisó y agregó: «Sé que está difícil la situación porque en Europa siguen compitiendo, siguen sumando puntos, pero la esperanza va a seguir hasta lo último».
A su vez, remarcó que la situación epidemiológica por el Covid-19 no acompaña a los deportistas por la suspensión de varias competencias. En ese sentido, mencionó que «tenía dos competencias en Cochabamba que se dio de baja porque no se puede entrar a Bolivia, ahora salió en Chile que todavía no es nada confirmado y con esto de la pandemia hasta no estar arriba del avión no te confirma nada, y lo mismo pasa con Brasil a fin de mes. Tengo estos dos torneos, y ahí ya se verá si estoy clasificado o no».
Con la humilidad que es moneda corriente en su persona, Layoy agradeció el acompañamiento de las personas en cada etapa y competencia. Y pidió «que sigan haciendo fuerza por mí, que si no llego a clasificar igual voy a estar agradecido por todo el apoyo que recibí de los correntinos, y que voy a estar con la cabeza en lo que se viene en noviembre con un torneo importante».
A su vez, agregó que está «con el sueño intacto de llegar a los olímpicos de París (2024), y que si no son éstos, van a hacer los próximos, pero en un Juego va a ver un correntino saltando».
LAS ZAPATILLAS EN
MODO SOLIDARIO
Cabe recordar que el influencer Santiago Maratea acompañó a los deportistas a la competencia sudamericana en Guayaquil y fue así que se enteró de que la mayoría no tenía sponsors, porque tenían pocos seguidores en las redes sociales. Por lo tanto, solicitó a sus seguidores que sigan a cada atleta para que las marcas pudieran verlo.
De esa manera, el libreño pasó de tener 2 mil seguidores a 158 mil, y con el correr de los días recibió una zapatilla reglamentaria para entrenar como obsequio de una importante firma deportiva, reemplazando a la anterior que la tenía desde 2018 y que justamente se le despegó poco antes de competir en Ecuador, por lo cual debió pedir prestadas un par.
«Todo lo que se vino después, con la zapatilla, y lo que pasó en las redes y demás, fue como un plus que sinceramente no me lo esperaba. Fue algo positivo porque se hizo ver la falta de sponsor para nosotros los amateur», acotó el atleta correntino.
También aclaró que, no tuvo la posibilidad de viajar en el vuelo chárter con todos los integrantes, ya que esta competencia era su primer objetivo grande, y se encontraba previamente en Ecuador entrenando.
«Empiezo a entrenar a las 14 hasta las 17, después voy a kinesiología y sigo con el estudio después. Curso a la mañana, entreno a la siesta y vuelvo a cursar a la noche, así estoy casi todo el día conectado. Y todos los días son diferentes entrenamientos», especificó Layoy, al dar a conocer lo que es su rutina diaria.
Layoy, desde hace 15 años reside en Buenos Aires, aunque cada tres meses se pega una vuelta por su Paso de los Libre natal, donde está su familia y aspira en un futuro poder desarrollar su carrera laboral en nuestra provincia.
«Mi familia me acompaña en todo, cuando viajo a verlos, ellos saben que debo mantener una dieta, no comer tanta carne y nada de harina. Son un soporte fundamental para mi», cerró expresando Layoy.