Este jueves comenzará a tratarse en el Concejo Deliberante de la ciudad de Corrientes el aumento del precio del boleto de colectivo, a partir de un pedido de las empresas que concesionan el servicio que fue abalado por el Municipio.
Vale recordar que las empresas solicitaron que la tarifa suba a 360 pesos, mientras que el cálculo realizado por la Municipalidad planteó un precio de 204 pesos, que se cree que será el que finalmente será aprobado por los concejales en las próximas semanas, aunque antes se debería realizarse una Audiencia Pública, que si bien no es vinculante sí es obligatoria.
El propio intendente Eduardo Tassano dijo el viernes en declaraciones a la prensa que el boleto pasará a costar alrededor de 200 pesos y que ese precio comenzará a aplicarse a principios de septiembre, dado a entender que el oficialismo tiene los votos necesarios en el Concejo para aprobar la modificación.
Esto lo haría el boleto más caro del país, actualmente «distinción» que tiene Mar del Plata, con un valor de 167 pesos. Le siguen Bahía Blanca, con 140 pesos y Neuquén a 130. En Santa Fe y Rosario cuesta 120 pesos.
POSTURA DE LAS EMPRESAS
Por su parte, la Cámara Empresaria del Transporte Urbano de Corrientes (Cetuc) difundió el martes un material audiovisual donde explica que el Estado nacional hace más de 20 años mantiene subsidiado el costo del boleto.
«El costo del sistema se absorbe una parte por subsidio y la otra por el precio del boleto», dice el material difundido y añade que «en la ciudad de Corrientes el valor real del sistema es ampliamente superior al importe reconocido».
En ese sentido, recuerdan que el precio del boleto de hoy está calculado con precios de noviembre del año 2022. «Hoy sólo se reconoce el 61 por ciento de los costos reales de operación», señala y explican que el costo real de operación incluye salarios, combustible, seguros y tasas, mantenimiento, impuestos y gastos generales, material rodante, neumáticos y lubricantes.
Por otro lado, los costos reconocidos por los subsidios están compuestos por municipales y provinciales que están al día; y una tercera parte que son los subsidios de Nación que están atrasados y desactualizados. «Esto genera una deuda que se va acumulando y que genera el debilitamiento del sistema permanente», remarca el audiovisual empresarial.
De ese modo, advierten que «el precio del boleto debería reconocer el costo real y se debería subsidiar a quien lo necesite». De esa manera, «el sistema de transporte no se debilitaría y se podrían afrontar salarios actualizados, sin demoras y renovar flota hoy atrasada».
Finalmente, revelan que el sistema cuenta con más de 3,5 millones de pasajeros, de los cuales sólo el 38 por ciento paga la tarifa plana.