Tras la amenaza de transportistas de la zona centro del país de avanzar con retenciones de servicio por la inestabilidad cambiaria, desde Corrientes salieron a poner paños fríos a la cuestión, aunque reconocieron que la situación «no está nada fácil» para el sector.
La Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) alertó sobre una eventual paralización de la actividad a raíz de los continuos aumentos de costos y la falta de previsibilidad en la operatoria.
El Departamento de Estudios Económicos y Costos de dicha entidad, ante la aceleración inflacionaria, se vio obligado a actualizar esta semana los datos del índice que tradicionalmente elabora a mes vecido y los datos muestran que en lo que va de agosto mover un camión en la Argentina es un 17,0 por ciento más caro.
En este marco, José Ojeda, referente de la Asociación de Transporte local aseveró a EL LIBERTADOR: «Viene difícil la cuestión en nuestro rubro, pero nos vemos en la necesidad de aceptar los precios y utilizar los recursos disponibles debido a la falta de alternativas. Un ejemplo de esto fue el caso de los combustibles, que experimentaron un aumento sustancial y luego se establecieron precios de referencia para operar de manera más regular. En lo que va del mes, se produjo un incremento del 17 por ciento en los costos, aunque existe la incertidumbre sobre si este aumento es suficiente para cubrir los aumentos significativos en otros insumos».
En torno a las demandas generadas en otros puntos del país, Ojeda puntualizó: «Es respetable que cada uno accione como crea, pero nosotros no podemos determinar un cese de actividades con la crisis que hay. Lamentablemente debemos amoldarnos e ingeniarnos».
Así las cosas, entidades transportistas consideran que teniendo en cuenta la experiencia del año pasado durante los meses de escasez de gasoil, la diferencia sustancial de costos entre el canal mayorista/granel y surtidor derivará de modo natural en un aumento de la demanda del transporte de cargas en estaciones de servicio, lo que generará un problema de abastecimiento, sobreprecios y ventas no registradas (tal como ocurrió en el pasado reciente).
Por el lado de los insumos vinculados con los equipos, los aumentos rondan entre el 23 por ciento y 25 por ciento en un contexto de fuerte incertidumbre en cuanto a los precios de referencia de los principales insumos y de acceso a los mismos.
La no uniformidad en la toma de decisiones deja al descubierto la libertad de elección y el amplio proceso democrático que experimenta este sector privado.
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