La histórica bajante del río Paraná no solamente afecta la navegación y a ejemplares de animales que ven peligrar su ecosistema. Otra de las consecuencias son los posibles tesoros escondidos en las profundidades del río. Tal es la historia de Ricardo Sarjanovich, que es testigo y protagonista de un nuevo descubrimiento de un barco hundido en la zona de la isla Entre Ríos. Se trata de un nuevo tesoro que revela el Paraná, tras la embarcación Parténope, descubierta el año pasado también por los mismos cabañeros.
Ricardo Sarjanovich trabaja en una posada turística de pesca deportiva que se llama El Refugio. Junto a su amigo, guía de pesca, iban navegando cuando de repente notaron algo raro. «Hace dos semanas cuando cruzamos por primera vez, notamos algo que nos llamó la atención en la correntada y creímos que era un tronco o algo por el estilo. No podíamos ver bien porque en ese momento el fondo era bastante oscuro todavía», comenzó su relato el cabañero.
«Este fin de semana, mi amigo fue de nuevo de excursión con unos turistas y ahí sí, lo vio bien: ¡Era un barco que se hundió!», exclamó Sarjanovich. A partir de allí, se comunicaron con la Prefectura para mantenerlos al tanto del nuevo hallazgo. Luego se encargaron de sacarles fotos con un drone y de filmar un video que publicaron en las redes sociales de la posada».
«Quedamos impactos porque es grande la embarcación, debe tener como 20 metros de largo aproximadamente», detalló agregando que sólo quedó la carcasa.
«Se ve que es un tipo de barcaza de transporte muy vieja que tenía piso de madera porque están los bulones que se ven afuera. A medida que se fue pudriendo la madera la embarcación se fue desintegrando por así decirlo», describió.
Los restos de la embarcación hundida no está a más de tres metros de la superficie del agua según estimaciones de Sarjanovich. «Es muy preocupante la bajante del río. Ahora se ven hasta las piedras, es un peligro navegar ahora. Un barco de buena envergadura ya no puede cruzar», manifestó.
SEGUNDO
DESCUBRIMIENTO
El Parténope fue descubierto dos veces en una década: primero por una expedición de buzos en 2014 y la segunda vez fue en el 2020 por los guías de pesca de la Posada El Refugio. «El año pasado descubrimos ese barco por segunda vez», relató Ricardo.
El descubrimiento del Parténope forma parte de las leyendas locales de Itá Ibaté. El año pasado luego del descubrimiento de los cabañeros, la noticia adquirió relevancia nacional, aunque no fue la primera vez que fue descubierto. En 2014, la entidad de buceo deportivo Cruz del Sur realizó una inmersión de exploración al barco que estiman habría naufragado en 1867.
En una publicación en Facebook brindaron detalles sobre la embarcación que estaba a unos 40 metros de la costa en ese entonces. «Tenía un largo (manga) de entre 6 y 8 metros y una eslora (ancho) de 2,5 a 3 metros y lo primero que identificamos fueron sus ruedas de impulsión, una por cada flanco», describieron, entre otras características del navío.
Por el tamaño que tiene el Parténope, estiman que era un vapor que remolcaba chatas en las que se transportaba el ganado de a pie. Bajo el agua, el barco pasó a ser el hábitat de varias especies de peces.