Sergio Massa fue a buscar la foto de la unidad y la logró. Lo hizo con la mayoría de los gobernadores y un racimo de importantes intendentes, con sindicalistas que le dieron músculo al desafío del frente oficialista de llegar a una final que -todo indica- será contra el candidato libertario y que estará para alquilar balcones. En esta carrera, Patricia Bullrich va quedando atrás, en el marco de una crisis que Juntos por el Cambio no logra superar y que se acentúa con el doble juego de Mauricio Macri, que ha puesto los huevos en distintas canastas. En el medio, el desbarajuste de la UCR. Gustavo Valdés salvó la ropa. No haberse inclinado por ninguna de las opciones del PRO marcó la diferencia. En este contexto, el peronismo está dispuesto a dar batalla hasta el final, frente a un oponente cada vez más posicionado como el favorito que, en la recta final, deberá mostrar uñas de guitarrero, más allá de que, en principio, habrá que esperar hasta el balotaje en un River y Boca con final abierto. Lo que está claro es que la elección del 22 de octubre será para elegir los dos finalistas, la composición de las dos cámaras del Congreso nacional y quién gobernará el primer Estado argentino. La elección clave será casi un mes después, pocos días antes de la entrega del gobierno.
Sergio Massa encabezó ayer un multitudinario acto en el hipódromo de Tucumán. La cita del Ministro de Economía en su rol de candidato presidencial tuvo la particular ausencia de los Fernández. Ni Alberto, ni Cristina dijeron «presente». Pero sí lo hicieron 13 gobernadores, el diputado Máximo Kirchner y la cúpula de la CGT.
La figura de Unión por la Patria para las elecciones de octubre relanzó la campaña con un compromiso con las provincias del Norte sobre Coparticipación, un mensaje al Fondo Monetario Internacional de que se «le va a pagar para que se vayan de Argentina» y la promesa de que será «el Presidente del trabajo».
Las imágenes que pudieron verse del mitin demostraron que se trató de un acto clásico del justicialismo, con toda su liturgia y la presencia de miles de militantes. El anfitrión fue el gobernador, Juan Manzur, quien dio la bienvenida desde el escenario, donde el principal orador fue Massa, que basó su oratoria en arengas y compromisos bien definidos. «Voy a ser el Presidente de los trabajadores en la Argentina, voy a ser el que les devuelva a nuestros trabajadores el poder de compra que han perdido en el salario», manifestó.
«Les quiero pedir que, de acá al 22 de octubre, barrio por barrio, casa por casa, rancho por rancho, negocio por negocio, fábrica por fábrica, chacra por chacra, vayamos a buscar a cada argentino, les digamos que lo peor ya pasó, que viene un tiempo nuevo, que viene un nuevo gobierno, que lo vamos a hacer juntos», expresó Massa para concluir.
LAS PRESENCIAS
Massa llevó a cabo actividades que se iniciaron en la noche del viernes en suelo tucumano con un encuentro institucional y una cena en la casa de Manzur. Estuvo acompañado por Máximo Kirchner; el ministro del Interior y candidato a senador nacional, Eduardo «Wado» de Pedro; los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Raúl Jalil (Catamarca), Ricardo Quintela (La Rioja), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gustavo Sáenz (Salta), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Sergio Uñac (San Juan) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis).
También se encontraban los ministros Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social), Jorge Taiana (Defensa), Matías Lammens (Turismo y Deportes), Raquel Kismer de Olmos (Trabajo) y Jaime Perczyk (Educación); además estuvo la presidente de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau; la directora de Aysa, Malena Galmarini, y el dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, entre otros.
Luego del acto, la comitiva encabezada por el tigrense regresó a Buenos Aires, donde el lunes se reunirá con dirigentes sindicales, legisladores y funcionarios para analizar la cuestión del Impuesto a las Ganancias.
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