Cada año, una multitud de peregrinos se congrega para demostrar su fe intacta a la Virgen de Itatí. Una historia que se repite con devoción, agradecimientos y promesas venidas de distintos rincones de la Argentina y de países vecinos.
En una producción audiovisual especial, EL LIBERTADOR da a conocer una serie de testimonios de fieles que peregrinaron durante julio grandes distancias a pie y a caballo para llegar al Santuario. A su vez, se recordó una entrevista exclusiva de este medio, que fue realizada a Alfredo Ellero, también conocido como el custodio de la imagen de la Virgen, el cual era acompañante hasta el escenario del anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola para dar apertura a una nueva edición de la Fiesta Nacional del Chamamé.
De esta manera, Corrientes siempre estuvo identificada por su fe religiosa, tal ejemplo fue reconocido por la familia Fernández que viajó desde la provincia de Córdoba, y posados a la vera de la ruta, junto a una llovizna intermitente, recordaron detalles de sus variadas participaciones.
«Peregrinamos hace muchísimos años, de 2005, y en agradecimiento», indicaron. A su vez, una de las integrantes señaló que «vengo para cumplir una promesa que le hice a la Virgen de Itatí que le salvó la vida a mi hijo, y vengo en nombre de la familia que me dice «pedí para que tenga trabajo y pedí para que sane de tal enfermedad».
La fidedigna también relató su sentido de pertenencia con la promesa que cumplen desde la localidad de San Luis del Palmar hasta Itatí como «uno de los pocos lugares donde esto ocurre, un movimiento de fe que es increíble, y siempre provoca esa emoción, admiración y ruego que esto continúe»
A lo largo de los kilómetros, miles de personas reflejaron este clima de fervor y agradecimiento. Siendo el caso de un grupo de amigos y familiares de nombre de pila Aguilar que reconocieron su devoción a lo largo de 35 años. La mujer referente del clan admitió su perseverancia: «Sobre todo por esta niña», dijo mostrando honradamente la foto de una pequeña estampada en su remera. A lo que agregó con ojos firmes y con una sonrisa que «a los peregrinos que somos de alma no nos detiene nada, ni la lluvia».
En una misma caravana, jinetes a caballo brindaron su historia. El líder que los comandaba admitió que «venimos de Palmar Grande y peregrinamos hace más de cinco años con pedido de agradecimiento y favores». Tras ser consultado sobre su participación de cada año, aseguró que «esto ya es tradicional, cuando ya llega la fe, aunque no quieras venir, te llega el día y te enloqueces».
En la última muestra de fe de la comunidad religiosa de San Luis del Palmar a Itatí, estimaron que participaron más de 130 mil personas. Para este fin de semana, se llevará a cabo la peregrinación juvenil del NEA de casi 72 kilómetros, y desde la organización esperan una convocatoria ampliamente superior a la pasada.
Ellero, el protector de la imagen y promesero de vida
A lo largo de 19 años, Alfredo Ellero fue la persona encargada para llevar la imagen de la Virgen hasta el escenario Osvaldo Sosa Cordero del anfiteatro Cocomarola, y así dar puntapié a la Fiesta Nacional del Chamamé.
También conocido como el custodio de la imagen, brindó una entrevista a este medio el año pasado en su casa ubicada en la localidad de Riachuelo, a unos 17 kilómetros de la Capital correntina.
Durante el encuentro, leyó una nota donde recuerda por qué se volvió ferviente admirador a la Madre de los correntinos: «Alfredo Ellero pensó que nunca más andaría a caballo en su vida, pero la fatalidad nuevamente lo lleva a este peregrinar con la imagen de la Virgen de Itatí. Fue el 24 de febrero de 1995 cuando viajando desde Corrientes a Buenos Aires, el colectivo que lo transportaba sufre un accidente a 6 kilómetros del peaje de Gualeguaychú, Entre Ríos. Alfredo se despertó en la morgue rodeado de cadáveres a cinco horas del hecho, pero ignoraba que a su familia le habían comunicado su fallecimiento. La Gendarmería Nacional tenía su certificado de defunción, y por medio de la agencia informativa Télam ratificaban su muerte. Al reponerse fue con su esposa a agradecer ese milagro a la Virgen de Itatí, y allí surge la idea de continuar cabalgando», relató.
Asimismo, el promesero señaló que en cada encuentro de la fiesta chamamecera, el público le llenaba de pedidos. «Todos quieren la bendición de ella y yo no soy el hijo de Dios que puedo abrazar y besar a todos dando la bendición. Les está dando la bendición cuando entra a caballo, solamente soy un portador que no aguanto esos momentos», dijo, y fiel a su estilo devoto admitió que «fotos tengo miles, pero la fe es otra cosa, algo que te corroe por dentro, como si fuera la mismísima sangre que te está diciendo «llevame, llevame que yo quiero andar con vos». «No terminaría nunca de hablar de la fe de nuestra madre».
Se recuerda que, este año por problemas de salud, Ellero sólo acompañó a la imagen de la Virgen hasta el escenario principal. Momento que la misma fue llevada en brazos por el predio del anfiteatro por el cabo de la Policía de Riachuelo, Juan José Torres.
.