El analista político Cristian Buttié, director de CB Consultora Opinión Pública, entrevistado por Gustavo Ojeda en el programa La Otra Campana, que se emite por LT7 Radio Corrientes y LT25 Radio Guaraní, estimó que el 22 de octubre Unión por la Patria y La Libertad Avanza dirimirán fuerzas desplazando a Juntos por el Cambio del terreno nacional. No descartó un quiebre definitivo en la alianza opositora.
Cristian, ¿Cómo estás? Estamos a un mes de las elecciones presidenciales del 22 de octubre ¿Cómo ves el cuadro?
-Hasta el momento un potencial balotaje. Tenemos a Javier Milei que ha crecido comparado a las Paso, está en 35 puntos, un Sergio Massa que también crece, está en 30 puntos y una Patricia Bullrich que en términos individuales crece, pero no pesca todos los votos de Larreta, con lo cual están en 27 puntos. Eso empujaría a un balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei. Vamos a evaluar, en la primera semana de octubre, otra encuesta nacional para sacar otra foto y seguir esa cronología. Pero vemos un escenario muy factible, o sea, no vemos a principio un triunfo en primera vuelta de Javier Milei. No lo estamos viendo. No estamos viendo que logre los 10 puntos de diferencia sobre Massa. Posiblemente, hay que ver cómo serán ciertas circunstancias para que Milei tenga algún tipo de posibilidad de superar los 40 puntos. Hasta ahora nosotros no lo vemos. Estamos lejos de eso. Massa va a estar entre 30 y 32 puntos, con lo cual Milei debería superar los 42 puntos para lograr el triunfo. No lo vemos en 45 puntos, ni mucho menos. Así que nos deberíamos estar preparando, si esta tendencia se mantiene, para un potencial balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei.
A tu juicio, ¿Qué explicación tiene el fenómeno de Milei?
-Condiciones multicausales, pero en principio un tercio de la sociedad absolutamente cansado con la clase política y que entiende que tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos son parte de este actual contexto negativo, con lo cual, si vas a buscar un verdadero cambio, el verdadero cambio es Javier Milei, no otra figura. Eso hizo de que se vaya forjando ese concepto. Por otro lado, un Javier Milei, igual a lo que sucedió en Estados Unidos con Donald Trump o en Brasil con Bolsonaro, encontró en las redes sociales y en una conexión de conceptos populistas, una conexión líder-pueblo directo. Las redes, como un canal de vinculación absoluta, donde tenés a los votantes que se están transformando en agentes multiplicadores. Hoy alguien que vota a Milei es alguien que sale a convencer al entorno de votar a Milei, algo que no sucede con los votantes de Patricia Bullrich, y poco con los votantes de Massa, pero no porque no estén enamorados de Massa, sino porque lo consideran el mal menor, y eso creo que da condición a Massa, para poder votarlo, ser el mal menor entre Bullrich y Milei.
Observamos que es un candidato que tiene un nombre propio en el sentido que está en la cabeza de la gente, Milei es el verdadero cambio, por eso tiene la tendencia a seguir creciendo. Otro candidato es el candidato de centro-izquierda, que a la vez es el mal menor de todo lo que se promueve desde la derecha y de la extrema derecha, es Massa, que, obviamente, tiene su talón de Aquiles en la gestión económica. Y una candidata que está perdida es Patricia Bullrich, está perdida, no tiene horizonte discursivo, no tiene capital simbólico, si gira hacia el extremo, es segunda marca de Milei, ya está Milei ocupando ese lugar. Si gira hacia el centro, se dibuja y está Sergio Massa, se va a hacer candidato de centro, de manera tal de que, por eso no vemos que Patricia Bullrich tenga posibilidad de entrar al balotaje.
El apoyo de Macri a Milei hizo mucho ruido antes de que se pronunciaran por Bullrich ¿En cuánto incide este apoyo tardío del ex Presidente?
-Hay un segmento de electorado que, obviamente, reconocía a Mauricio Macri como un referente, y que si ve que Mauricio Macri no suele condenar explícitamente a Javier Milei es porque claramente ven en él algo que no ven en Bullrich, o que no ven en Juntos por el Cambio. Macri ya lo dijo hace muchos meses, creo que a principios de año: «Hoy dejamos de ser el cambio, el verdadero cambio es Javier Milei; tenemos que recuperar esa iniciativa» dijo. Bueno, no se recuperó porque la interna de Juntos por el Cambio fue una interna muy dura con un discurso que lo único que buscaba era ganar la interna desde el centro.
¿Qué implicancia podría tener en términos electorales y de gobernabilidad este enfrentamiento de Milei con la Iglesia?
-Pocas, pocas. No tiene, no afecta demasiado, en términos electorales ¿Por qué? Porque estamos en una sociedad bastante emancipada de los preceptos religiosos en cuanto a hablar bien o hablar mal de alguna figura. Creo yo que Javier Milei comete un gran error, porque no está en una etapa de ser excluyente, está en una etapa de ser inclusivo. Y sumado a eso creo que el mayor problema lo va a tener en las filas internas, o sea, lo va a tener con Victoria Villarruel, que sí está vinculada a la Iglesia, que salió a defender los fondos que recibe la Iglesia del Estado nacional. Y creo que la grieta la va a generar ahí, porque Milei sólo no puede gobernar, necesita tener coequipers y Victoria Villarruel es uno de ellos. En términos electorales, pocos. En otros tiempos la Iglesia era absolutamente determinante. Hoy es un credo más, entre tantos que hay, que obviamente es muy estructural, pero no bajan línea como bajaban hace setenta, ochenta años.
Desde el púlpito, desde el púlpito. Sí, totalmente.
-No se baja más línea, pero sí son actores importantes, pero cómo puedes tener los bastones evangélicos, puedes tener el credo escudito… Javier Milei comete un gran error en enemistarse tanto con el Papa, porque el Papa supera el credo. Es para muchos una identidad argentina que ocupa un lugar muy importante, como Lionel Messi, siendo el mejor jugador del mundo, o como Maradona, en su momento el mejor jugador de todos los tiempos. Está en un lugar que no llega a cualquiera. Me parece que ahí genera un gris y que hace que, y más si se empieza a indagar en la cuestión de por qué Milei giró tanto hacia el credo judío, demasiado metido en ese aspecto. Es política, no es religión. Si la discusión es filosófica, es entendible: tenemos un Papa que es distinto a Benedicto XVI, que es distinto al Papa europeo, que tiene más conciencia social, y que eso, naturalmente, está vinculado al socialismo. Perfecto. Desde ahí te lo entiendo. Ahora, empezar a plantear que es el maligno, es un error, porque tampoco va a hacer que el que no lo votó a Milei, que lo estaría votando porque quiere que se acabe la inflación y quiere que se acaben los políticos o la casta política, modifique el voto. No lo veo.
Volviendo al pago, en el último informe de posicionamiento de los gobernadores, el gobernador Gustavo Valdés fue destacado ¿Puede ser un elector importante?
-Son dos lecturas distintas. Por un lado, sí. A Gustavo Valdés lo veníamos midiendo desde hace mucho tiempo. Hay que recordar que este ranking es de acuerdo con cómo sus comprovincianos evalúan a su gobernador. Lo que venimos observando es que la figura de Valdés sigue siendo el epicentro político de la provincia de Corrientes, y logra resultados que en otros contextos sería muy difícil, como fue justamente el triunfo de Juntos por el Cambio en la provincia por sobre «la ola violeta»; que la lista, cuando hubo elecciones provinciales legislativas, también sacó un buen resultado, algo que, naturalmente, viene apalancado tras su figura, y que lo evaluamos en el año 2021 con la elección de gobernador, sacando 50 puntos de diferencia del peronismo. Entonces, lo que pasa es que no encontramos ese tipo de gobernador en cualquier otra provincia y, por eso, termina siempre entre los primeros lugares. Es un fenómeno, es un fenómeno, algo muy parecido a lo que sucede con el Frente Renovador de la Concordia en Misiones, lo que pasa es que no tiene nombre y apellido.
Con respecto a cuánto puede ayudar en términos electorales: el gran desafío es que mantenga el caudal electoral de Rodríguez Larreta para con Bullrich, detrás de la figura de Gustavo Valdés, apalancando esa lista, esa boleta; el día después, en un potencial a balotaje, se abre a la decisión, para mí, de muchos gobernadores, de mucha dirigencia política, principalmente de índole radical, que deberá tomar en cuenta cuál es el mal menor. Hay altísimas posibilidades de que Juntos por el Cambio se rompa el día después de las elecciones. Porque los gobernadores tienen que también pensar en un grado de sustentabilidad, de supervivencia, y entender que se puede se puede gobernar con un presidente que te aplique la teoría del garrote ¿Cuál es la teoría del garrote (Big stick)? La de Estados Unidos: hacer lo que te digo o te extorsiono con los cañones en los puertos. Acá es distinto, acá Milei va a cerrar el grifo de la coparticipación, va a cerrar el grifo de los adelantos del Tesoro Nacional, va a cerrar el grifo y ningún gobernador va a poder desarrollar una gestión de obra pública, de pago de sueldos, de inclusión social, sin el acompañamiento del Gobierno nacional. Con los impuestos provinciales no se puede hacer todo. Entonces, ahí se va a replantear un grado de supervivencia. Ya lo están entendiendo los gobernadores peronistas. Los gobernadores peronistas, principalmente del Norte grande, se juntaron y van a tratar de revertir el resultado en sus provincias, por lo menos lo más que se pueda, no por una idolatría a Sergio Massa, porque entiendan de que es el mal menor, porque no hay una gestión positiva de parte de ellos sin financiamiento. Con lo que recaudan solamente pagan sueldos.
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