Entrevistado por EL LIBERTADOR, el diputado nacional de la UCR, Manuel Aguirre se refirió a las conversaciones que Argentina entabla con el Paraguay en torno al pago de un canon por las toneladas que las barcazas con puerto en ese país transportan por el tramo pluvial argentino.
El legislador opinó que, de emprenderse un buen diálogo, posiblemente, planteos con otros países puedan hallar apoyo en el plano internacional en base a un nuevo acuerdo sobre los parámetros de reciprocidad al que se deben los estados parte del Mercado Común del Sur (Mercosur).
El diputado, no obstante, afirmó, que en el escenario de negociaciones binacional el análisis jurisdiccional debe ser central, criticó el manejo de la diplomacia encabezada por el canciller Santiago Cafiero y reiteró que los estados en la región deben prevalecer acuerdos de beneficio mutuo.
¿Por qué no hay acuerdo con Paraguay?
-El problema es que tenemos un convenio, un pacto, entre Brasil, Paraguay, Bolivia y Argentina, que se firmó en 1971 y se ratificó en 1994, que señala que cualquier medida tienen que tomarla los cinco países afectados por esta extensión geográfica. Pero el problema de la Hidrovía es también que viene de ser operado por una empresa privada, y que ahora la opera el Estado argentino, y agregado a eso está lo que hizo Sergio Massa, que fue hasta el Paraguay y dijo que iba a liberar el tránsito, y no lo hizo. Entonces, todas estas son variables y acontecimientos que vienen dificultando la recuperación del buen diálogo con el país vecino, pero no debemos aferrarnos a lo que nosotros sabemos, que nuestros pueblos son hermanos, y que en algún momento sea una margen o la otra la que tenga razón, va a ser en función del desarrollo de todos los pueblos que usan esta vía fluvial.
¿El acuerdo debe significar que Argentina abandone sus expectativas de jurisdicción en la región?
-Un hecho concreto es que Argentina no puede liberar el paso sobre la Hidrovía así como así, es decir, tiene un gasto concreto, y eso es muy palpable, y lo tiene que recuperar, porque es un servicio a las empresas que usan esa vía, y también es una demostración de madurez por parte del resto de los países reconocer que ese gasto existe, y que es preciso acordar algún tipo de reciprocidad al respecto, que no sólo implica a los estados parte, sino también a los beneficiaros directos de estos servicios que prestan los estados parte, y reconocer que cada estado, como base, tiene la potestad de su jurisdicción. Y en ese marco, es muy importante reconocer que es preciso generar más diálogo, teniendo en cuenta de que, a las decisiones, de este lado, las está tomando un ministro que fue facultado con superpoderes. ¿Qué quiere decir esto? Que debemos conversar más, y tratar los temas con mayor profundidad, y dejar que las cosas transcurran, e ir buscando la manera de generar cambios sobre lo hecho, sabiendo que al Gobierno nacional le resulta casi imposible sentarse a negociar, y que el ministro, repito, tiene superpoderes, es decir, que dice cosas que debería decir otro ministro, que evidentemente no tiene poder para poder actuar y responder a todos estos problemas en tiempo y forma.
Además de los límites jurisdiccionales, ahora también se ha desdibujado la autonomía en la prestación de servicios.
-Independientemente de todo eso, es muy necesario que el país siga siendo un férreo custodio de las islas que se encuentran en aguas sobre los límites entre ambas naciones, precisamente en Apipé, porque nosotros sí vemos como en Paraguay están tratando este tema con poco interés, y para nosotros es un tema muy importante, que no vamos a dejar de notar, y en esta misma línea el desagüe de las aguas. A nosotros nos interesa lo que pasa del otro lado, y lo observamos muy atentamente. No sólo a los paraguayos, sino también a los brasileros, a los uruguayos, y a todos los demás. Y en el caso de la Hidrovía, está claro, si un Estado cuida el paso, debe ser coherente con el servicio que presta. Es decir, si yo pago una retribución a un país vecino quiero que ese canon sea coherente con lo que se está pagando.
Sin hallar acuerdo, los temas se amplían, y ya no está claro cuál es el punto que mueve a las relaciones internacionales en la frontera Norte.
-Tenemos un grave problema con Cancillería, porque con la capacidad que tiene Santiago Cafiero no podemos resolver nada. Con Cafiero no se resuelve nada, ni siquiera visitando las zonas de conflicto. No tenemos presidente, el presidente no atiende, no está, o está en otra parte, o está con problemas, y, lógicamente, a los problemas que tenemos nosotros los apartan, y no los resuelven, y son problemas que, como somos una provincia de estas características, con fronteras internacionales, no son problemas sencillos, y demandan de trabajo, e intensidad en el trabajo. Y si no se trabaja de ese modo, nos resulta en un impedimento, para seguir avanzando. Si nosotros tuviéramos una relación más afín.
¿Por qué las reuniones avanzan, pero no el punto de acuerdo?
-Si nosotros tuviéramos una relación más afín, seguramente también la tendríamos con Brasil y podríamos generar una agenda más abierta sobre las cosas que necesitamos financiar, y sobre los métodos que usaríamos para poder hacerlo. En definitiva esto redunda en un beneficio para todos, como se está notando ahora, pero sabemos que el Estado nacional debe prestar colaboración con los otros estados si es que queremos llegar a este grado de relación, y también sabemos que, en gran medida, lo que haga el Estado nacional debe ser reflejo de lo que la voz de las provincias señale.
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