Un trágico siniestro vial ocurrido ayer sobre el puente General Belgrano, volvió a dejar en evidencia la urgente necesidad de un nuevo viaducto que una Corrientes y Chaco. Debido al lamentable hecho (ver más página 15), el tránsito debió interrumpirse de manera total por varias horas. Para cuando lo volvieron a habilitar, la fila de vehículos a ambos lados alcanzaba varios kilómetros y las quejas de los conductores se hicieron sentir en las redes sociales.
«Tremendo que el accidente haya sido a las 14.40 y todavía no liberen. Miles de afectados de los dos lados del puente», reclamaba una de las tantas personas que se vieron varadas, esperando a pasar por el viaducto.
En el lado de Corrientes, la larga fila de vehículos se extendió a lo largo de la avenida 3 de Abril y sobre la costanera Sur Juan Pablo II. Entre bocinazos y quejas, miles de conductores debieron esperar por casi cinco horas.
Cuando terminaron las tareas en el sector en que ocurrió el trágico choque, se liberaron ambas bandas de forma paulatina, pero con la complicación del cuello de botella en la zona del peaje.
Al cierre de esta edición, la circulación sobre el General Belgrano estaba casi completamente restablecida.
NADA NUEVO
Situaciones como las de ayer no son nuevas. Cada vez que hay algún inconveniente en algún sector del puente, son los conductores los que pagan las consecuencias ya que a diario, miles de vehículos de todos los tamaños pasan permanentemente de una orilla a la otra.
Además de unir dos capitales, el puente forma parte del corredor interoceánico y es un paso obligado de camiones, lo que alenta más la circulación. Los reclamos por una vía alternativa son permanentes, pero las respuestas no llegan.
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