La pobreza en la Argentina alcanzó al 40,1% y la indigencia al 9,3% de la población de aglomerados urbanos en el primer semestre del año, antes de la devaluación implementada por el Gobierno. De este modo, la pobreza afectó a 18.632.582 personas y la indigencia a 4.321.272, según los datos oficiales proyectados para todo el país y no solo a los conglomerados urbanos medidos por las estadísticas oficiales.
El dato es el más alto registrado en el país por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) desde el pico del 42% alcanzado durante la severa crisis de la pandemia en 2020 y los expertos en estadísticas sociales prevén que el segundo semestre empeore por la aceleración de la inflación, que este año podría llegar hasta el 190% según algunas estimaciones privadas.
La cifra previa fue del 36,5% en el primer semestre de 2022 y 39,2% para el segundo semestre, contra 40,6% de 2021 y 42% del pico de la pandemia de 2022. Por su parte, el nivel de indigencia fue del 8,8% en los primeros seis meses del año pasado y del 8,2% en la segunda mitad.
El Indec informó que “el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 29,6%; en ellos reside el 40,1% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 6,8% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 9,3% de las personas”.
“Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, por debajo de la LP se encuentran 2.977.246 hogares, que incluyen a 11.769.747 personas; y, dentro de ese conjunto, 686.076 hogares se encuentran por debajo de la LI, lo que representa 2.724.942 personas indigentes”, explicó.
“Con respecto al segundo semestre de 2022, la incidencia de la pobreza se mantuvo sin cambios en los hogares y registró un aumento de 0,9 puntos porcentuales (p.p.) en las personas. En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 0,6 p.p. en los hogares y de 1,2 p.p. en las personas. A nivel regional se observó un aumento de la pobreza en tres regiones y una reducción en las otras tres. La indigencia aumentó en todas las regiones”, precisó.
En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, “se destaca que más de la mitad (56,2%) de las personas de 0 a 14 años son pobres (cuadro 3.2). El porcentaje total de pobres para los grupos de 15 a 29 años y de 30 a 64 años es de 46,8% y 35,4%, respectivamente. En la población de 65 años y más, el 13,2% se ubicó bajo la LP”.
El organismo estadístico informó un pico del 54% en 2003 y luego del 2007 las cifras comenzaron a diluirse durante la manipulación de las estadísticas públicas; cifras alternativas, como las del Cedlas, reflejan que este fenómeno llegó al 30% cuando Cristina Kirchner dejó el poder en 2015.
En 2013, su gobierno había dejado de publicar directamente los datos de pobreza a raíz de la distorsión de todo el sistema de estadísticas públicas. Sin embargo, antes de dejar la presidencia, en la 39° conferencia de la FAO (el organismo de las Naciones Unidas dedicado a la alimentación y la agricultura), la presidenta destacó que la pobreza en la Argentina estaba por debajo del 5%. Frente a las críticas recibidas, salió a defenderla su entonces jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. “En la Argentina hay menos pobres que en Alemania”, aseguró. En tanto, su ministro de Economía, Axel Kicillof, dijo que los datos del Indec no se daban a conocer porque se trataba de un fenómeno “estigmatizante”. Con Mauricio Macri, el Indec volvió a brindar datos oficiales, que llegaron al 35% en 2019.
Según informó el Indec la semana pasada, la mitad de los hogares de la Argentina vivieron en el primer semestre con un ingreso menor a los $200.000 mensuales. Durante el segundo trimestre del año, además, el organismo estadístico informó que aumentó el nivel de desigualdad en el país.
En el informe “Evolución de la distribución del Ingreso”, el organismo estadístico también dio a conocer que el coeficiente de Gini, que mide el ingreso per cápita familiar, fue de 0,417 para el segundo trimestre cuando en el mismo trimestre de 2022 el valor fue de 0,414, “lo que muestra un leve aumento de la desigualdad en la comparación interanual”, precisó.
El informe incluyó una serie de cuadros en los que se destaca el ingreso promedio con el que vivieron durante ese período los diez deciles en lo que el Indec divide a la población. Hasta el decil 5 inclusive, los hogares vivieron, durante el segundo trimestre, con un ingreso menor a los $200.000 mensuales mientras que el 30% del total, lo hizo incluso con una remuneración inferior a los $140.000 por mes.
“En el caso de los hogares, los ingresos laborales representaron el 76,1% de los ingresos totales, mientras que los ingresos no laborales alcanzaron el 23,9% restante. El peso de los ingresos no laborales fue mayor para los deciles de ingreso total familiar más bajos: 64,8% en el decil 1 y 15,1% en el 10″, indicó el informe.