Un escándalo en la final del Mundial de talla baja, dejó con un cierre controversial a esta primera edición de lo que buscaba ser la «piedra fundacional» para el mundo de esta especialidad. Paraguay se enojó por los fallos arbitrales y abandonó la cancha.
En el estadio Islas Malvinas de la Ciudad de Buenos Aires, cuando faltaban 4 minutos 19» para el final del primer tiempo, los guaraníes decidieron dejar la cancha. Hubo bronca por varias faltas a favor de Argentina y un escupitajo desencadenó la bronca. Ganaba el elenco del país vecino 1 a 0, pero luego la «albiceleste» se recuperó y pasó a ganar 3 a 1.
Los futbolistas del conjunto visitante se enfurecieron con el árbitro por los fallos que, según su parecer, beneficiaban al conjunto local. En ese momento, uno de los espectadores lanzó un escupitajo hacia un jugador visitante, pero terminó impactando contra un árbitro.
El entrenador de Paraguay, visiblemente molesto, fue expulsado y, acto seguido, les ordenó a sus pupilos que dejaran el campo de juego. Los visitantes contaban con el respaldo de las delegaciones de Brasil y Bolivia que les recomendaban meterse en los vestuarios.
Los capitanes y delegados se reunieron para darle continuidad, pero la selección paraguaya, decidió retirarse. Facundo Rojas, el jugador correntino y capitán del equipo argentino, además es el presidente de la Federación Internacional de esta disciplina. Fue el encargado de buscar la solución para darle el cierre decoroso al evento, el meeting se mantenía al cierre de la edición.
Argentina, que había arrancado abajo en el marcador, pasó al frente gracias un triplete de Catriel Brassesco, a través de sendos tiros libres directos por penalización a los paraguayos.
Una vez calmada la situación y después del pedido del entrenador de la Argentina, Mariano Rojas, para descomprimir la situación, los jugadores de Paraguay volvieron a la cancha, pero sólo para saludar a los espectadores.
«Es muy obvio el robo que nos hacen», denunció Eduardo Martínez, arquero de Paraguay, indignado. «Acá el equipo decidió, entre todos, no jugar esta Copa. A mi compañero se le fue la pelota con la cara y nos cobraron mano, cosa que no fue. Tenemos otro video que vienen a cambiar la numeración de la falta. Tenemos dos estrellas. Una, dos: las ganamos con huevo y con garra, no robando».
Después, los argentinos quedaron solos en la cancha, acompaños por los peruanos, con quienes festejaron. Queda por ver qué decisión tomarán las autoridades respecto al título en sí.
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