El brutal aceleramiento de la inflación que se produjo durante las últimas semanas pegó de lleno en el precio de algunas de las opciones recreativas más elegidas en Corrientes, como comer afuera, salir a tomar algo o ir al cine. Para cualquiera de esas actividades, se necesitan al menos unos 10 mil pesos cada dos personas, un valor que pocos pueden afrontar en el actual contexto económico.
Salir es algo que amigos, parejas o familias intentan realizar cada vez que tienen la oportunidad para compartir un momento especial, darse un gusto y romper la cotidianidad.
Incluso, la posibilidad de realizar actividades recreativas como las mencionadas son parte de tener una buena calidad de vida, según los indicadores socioeconómicos internacionales.
Desafortunadamente, cada vez que hay una crisis económica y se ajustan los bolsillos, las primeras que se resienten son las actividades comerciales vinculadas al ocio y, más aún, si acceder a ellas sale inevitablemente más caro por el contexto inflacionario.
Esta situación se ha hecho evidente en Corrientes en las últimas semanas, según un relevamiento realizado por EL LIBERTADOR que abarcó diferentes restaurantes, bares y cines.
Trabajadores de distintos locales comentaron a este medio que la demanda bajó bastante luego del balotaje presidencial y especialmente durante la última semana, donde lugares que solían estar repletos empezaron a tener mesas vacías y los clientes que fueron se mostraron más conservadores.
«El que antes venía y te pedía entrada, dos platos principales y dos bebidas por cabeza, ahora te pide una pizza y una botella para compartir», comentó el encargado de un reconocido restobar de la Costanera.
Por su parte, un mozo de otro local mencionó: «Los precios de la carta subieron un 30 o 40 por ciento, pero todavía no bajó tanto la clientela por las juntadas y despedidas de fin de año. En enero sí creo que se va a sentir mucho más la falta de clientes, porque se nota que la gente ya se empezó a cuidar con lo que gasta».
Precios para salir
Respecto a la comida, siempre la opción más económica es una pizza de ocho porciones para compartir entre dos o tres personas, pero con los últimos incrementos, que oscilaron entre el 20 y el 50 por ciento, es prácticamente imposible encontrar cualquier variedad a menos de 4.000 pesos en los locales gastronómicos de la Costanera o el centro capitalino.
Si se opta por otras de las opciones más populares, como hamburguesas, lomitos, milanesas o picadas, los precios se disparan, dado que, como mínimo, hay que calcular 3.500 o 4.000 pesos por comensal.
Ya resuelta la comida, al momento de beber, si se elige una gaseosa o un agua saborizada el monto estimado es de 1.000 pesos por persona, pero en el caso de preferir cerveza el valor se duplica a unos 2.000. Las opciones más caras son el vino, con no menos de 5.000 pesos por botella y los tragos, que tienen entre 2.500 y 3.000 por unidad.
En el cine, como sucedió siempre, lo más barato es la entrada que vale entre 2.400 y 2.800 pesos, dependiendo el complejo y si se trata de una película 2D o 3D, con la particularidad de que hay múltiples opciones para acceder a descuentos o 2×1 con diferentes bancos y medios de pago.
Lo más costoso al ir a ver una película es la comida y la bebida, ya que el clásico combo de pochoclos con dos gaseosas no baja de los 5.000 pesos y otras alternativas dulces o saladas pueden llegar a demandar hasta 3.000 pesos por cada espectador.
De esta manera, se puede calcular que una pareja necesita al menos 10.000 pesos para salir, mientras que una familia tipo, con dos adultos y dos menores, tiene un piso de entre 15.000 y 20.000 pesos, dependiendo de la opción elegida.
.