Por qué hay que vestirse de blanco, tener algún estreno o simplemente limpiar la casa antes de que comience un nuevo año? Por costumbre o por creencia hay una serie de prácticas que se repiten en la mayoría de las casas durante la Noche Vieja y también después del brindis de la medianoche. Son los rituales de Año Nuevo y con más o menos cambios, todos buscan lo mismo: que el nuevo ciclo comience de la mejor manera y que traiga prosperidad a todos los hogares.
En su Diccionario Folklórico Argentino, el investigador Félix Coluccio definía a los rituales como: «El conjunto de actos, generalmente de índole religiosa o mágica, que se realiza en una comunidad, basados en creencias a veces supersticiosas con el propósito de asegurarse o hacer propicios ciertos beneficios de orden espiritual o material».
Son, precisamente esas acciones, las que es común que se realicen durante la Noche Vieja y el Año Nuevo. Esta una lista de las más tradicionales:
1) Vestirse de blanco: es una de las prácticas más comunes. La mayoría de las personas elige llevar aunque sea alguna prenda de este color antes del brindis de las 12 de la noche. La creencia, que se pasa a través de generaciones, apunta a que el blanco atrae a las energías positivas. Representa la pureza, la bondad, la inocencia y está a su vez relacionada con la paz, la humildad y el amor, por lo que, llevar ropa de ese color es un mensaje de que esos son los principales deseos para el año que comienza.
Se cree que este ritual proviene del Brasil, porque desde hace mucho tiempo así se le rendía homenaje a la orisha Yemayá o Yemanjá, diosa de los mares, la esencia de la maternidad y protectora de los recién nacidos. La gente se vestía de blanco y se acercaba a las costas para arrojar flores y encender velas de ese color para pedirle paz y prosperidad.
2) Comer doce uvas: hay varias explicaciones para esta tradición. Una de las más difundidas se remonta a 1909, en España cuando los productores quedaron con excedentes de la cosecha del fruto. Fue ahí cuando optaron por comercializarlas como «uvas de la buena suerte», en paquetes donde había doce, en referencia a los meses del año.
El ritual consiste en comer doce uvas exactamente a las 12 de la noche, es decir, apenas comienza el 1 de enero. Cada fruto representa un mes del año que viene, y mientras las están consumiendo, las personas deben pedir sus deseos. La creencia es que, al hacerlo, se está atrayendo la prosperidad, éxito y buena suerte para el siguiente periodo.
3) Barrer o limpiar toda la casa: el objetivo de sacar las «malas vibras» o energía negativa del año que se termina, sobre todo, si éste trajo acontecimientos difíciles, como peleas, crisis o rompimientos.
Los más supersticiosos creen que lo importante es barrer desde el interior de la casa hacia la puerta principal para expulsar toda la negatividad acumulada durante el año. Algunos incluso tiran la escoba afuera de la casa tras la limpieza.
4) Comer lentejas: es una tradición para quienes quieren atraer la buena fortuna y la abundancia. En Italia y cada vez más países, se cree que tomar este saludable alimento simboliza el deseo de tener una vida larga y sana, y garantiza que no faltará la comida durante los próximos doce meses. Existe la tradición de regalar un monedero lleno de lentejas por la creencia de que terminarán por convertirse en monedas. Hay otros que guardan unos puñados pequeños en los bolsillos para atraer el dinero.
5) Los colores de la ropa interior: es una práctica común para la Noche Vieja y aunque varía de acuerdo con las diferentes culturas, la tonalidad de las prendas más íntimas durante esta velada, también llevan un fuerte mensaje. Si es roja, se relaciona con la energía, la pasión y el amor apasionado, y se cree que llevarlo puesto durante esa fecha puede atraer relaciones amorosas intensas y duraderas. El amarillo simboliza la riqueza, la abundancia y la buena fortuna en muchas culturas, por lo que se considera que usar ropa interior de este color durante la transición al nuevo año puede atraer éxito financiero y prosperidad. El verde promueve la armonía, el crecimiento personal y la estabilidad, por lo que quienes eligen usarlo buscan atraer la salud, la calma y el equilibrio emocional en el año que comienza.
6) Salir a dar una vuelta con una valija: en este caso, la tradición afirma que hacer esto es propicio para que durante el año que se inicia se puedan realizar muchos viajes. Hay quienes agregan que cuando más lejos de la casa sea la vuelta, más lejos será el rumbo por conocer dentro de los próximos doce meses venideros. Un detalle importante es que la valija con la que se salga a dar la vuelta, debe estar llena de ropa para hacer más efectivo el ritual.
Por supuesto que ninguna de estas prácticas y muchas más que quedaron por ser enumeradas, no tienen asidero científico. Y no lo necesitan porque los motiva la fe y la esperanza de empezar siempre mejor.
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