El próximo sábado 6, Corrientes rendirá homenaje a San Baltasar, o Santo Kambá, considerado el Santo Rey del Candombe.
Con apoyo de la Municipalidad, las familias tradicionales de la Cofradía llevan adelante esta festividad, como cada año, con una variada agenda de actividades.
«Este viernes se va a mantener la tradicional marcha de tambores y va a estar acompañado del grupo de Ubuntu, y también de algunas personas que vienen de otros lados», comentó en diálogo con EL LIBERTADOR Gabriela Caballero, representante de los festejos.
Según señaló, la concentración será a las 20, con el temple de los tambores, en la esquina de la calle Edison y Costanera.
Se recuerda que la fiesta de San Baltasar es una de las más importantes de la comunidad afrodescendiente, y es la primera fiesta que abre a las demás en Corrientes.
FECHA
MOVILIZADORA
«Nosotros somos siempre 17 familias que llevamos adelante este festejo, por supuesto con mucha emoción y expectativa. Hay muchos Cofras que ya no están físicamente, pero sí espiritualmente», relató.
A lo que agregó: «El 6 de enero es una fecha muy movilizadora en ese aspecto emocional, son 30 años que nosotros vamos a estar festejando con las familias y junto a Corrientes en mantener viva esta fiesta, visibilizarla a pesar de los hechos de discriminación y racismo».
VISITAS ESPECIALES
Por otra parte, Caballero contó las visitas y participaciones que tendrá este año la fiesta. «Estamos esperando que este jueves a la mañana llegue el Primer Consejero del Embajador de la República Democrática del Congo, con su intérprete», afirmó, y puntualizó que «tiene que ver con la etnia que se asentó en el barrio Cambá Cúa, porque nuestros ancestros vienen de la etnia Bantú, que justamente en ese momento pertenece a la parte occidental del continente africano».
«También nos va a visitar la Pastoral afroargentina que depende de la iglesia de Luján, con un grupo de personas y con un sacerdote africano del Congo, que viene a acompañar a la imagen que trae del negrito Manuel con la Virgen para que participe en los festejos, que siempre hacemos la misa el sábado en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced».
Asimismo, adelantó que vendrán dos equipos documentalistas de Buenos Aires: «Vienen a filmar la «cocina» de la fiesta de San Baltasar, las familias, y cómo nos preparamos».
Un antes y después, la historia en nuestras tierras
La fecha es muy antigua, data de 1800 aproximadamente, donde las familias de naciones se conformaban en lugares alejados. El barrio Cambá Cuá era un lugar de residencia, estaba fuera del casco céntrico separado por el arroyo Salamanca. Hoy entubado, pasa por abajo del hotel de Turismo y el Casino del Litoral; el arroyo recorría por la calle San Juan hasta la esquina del Correo Argentino; cortando la zona entre las casas céntricas y la parte costera. Era ahí, donde se ubicaban las familias negras, en las cuevas, por eso se toma el nombre Cambá Cuá; cueva de negros, cuevas hechas naturalmente por el río.
Se instalaron las primeras familias, y una de ellas trae su imagen; fue la familia Villanueva, vivieron en esas cuevas y luego pasaron al barrio Cambá Cuá. Es en ese momento cuando se empiezan a asentar en los terrenos baldíos. De esa manera, se toma la tradición y la fiesta tuvo su esplendor con bailes de candombe en la década de 1890 y luego se apaga por el ocultamiento, la estigmatización de ser afrodescendiente.
«Hoy, de a poco, nosotros con la Cofradía hemos empezado a dar este empoderamiento de la familia, de descubrirse nuevamente afroguaranies, afrodescendientes y no tener vergüenza de ser descendientes de estos negros esclavizados; no esclavos porque nadie nace con esas condiciones, ellos fueron traídos con esas condiciones infrahumanas, en estas largas travesías y los pocos que han llegado trajeron esta cultura tan hermosa, tan rica», sostuvieron referentes en ediciones anteriores.
En la década de 1950, el padre de Gabriela asistió a la fiesta, admitió que no se tocaba el tambor, no había presencia del instrumento; solamente se veía a las custodias de imágenes, las señoras rezando y a las familias congregando en las casas para celebrar a San Baltasar, y añadió que se colocaba un poco de música, se compartía comida y finalizaba el homenaje.
«No se exteriorizaba como es hoy, con la visión de Fortunato Roffe se decidió sacar esas imágenes y familias nuevamente al Cambá Cuá», sostuvieron. Se empezó a utilizar un gran patio para exhibir las imágenes y aparezca nuevamente el tambor.
En la década del 90, la Cofradía de San Baltasar viajó a Buenos Aires para contactarse con comunidades afrodescendientes; particularmente con la familia Lamadrid, descendiente de esclavos. Ellos construyeron dos tambores de la mano de Juan Pablo Suaque; para ser traídos al Cambá Cuá y a partir de 2012, se empieza a conformar la cuerda de tambores de Uli Gómez con Cambá Cuá Tambores.
Desde 2018, Gabriela Caballero conformó la cuerda de tambores Ubuntu.
Antes de 1994 se conseguía tambores de carnaval, de la hinchada de la barra de Mandiyú con cepíllo Aranda o de Boca Unidos.
Caballero aseguró en aquella oportunidad: «Nosotros tomamos los festejos a partir de mi padre, Osvaldo Caballero, es convocado por don Fortunato en 1993, ahí se empieza a reunir en la casa de don Roffe por la calle San Luis esquina Junín; en esos momento tenía 14 años, mi hermano 7 y Uli Gómez tenía 12, Agustín Gómez, referente del Cambá Cuá Candombe, no nacía». A lo que agregó que «no tenía tan presente en nuestra vida como hoy, empezamos a tomar la danza y el tambor a partir del 2000».
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