El prelado apuntó que este momento crítico vulnera la pretensión de omnipotencia o independencia del individuo. Y que la necesidad hace dar cuenta de la presencia de los demás.
02-POLITICAEl obispo de San Tomé, monseñor Gustavo Montini dijo que este momento de crisis sanitaria «vulnera una pretensión de la persona, del hombre y la mujer, que es la pretensión de la omnipotencia o de la independencia; de que solos no estamos. Creo que la necesidad nos hace darnos cuenta de que solos no podemos y que necesitamos de los otros y del Otro, con mayúscula».
El jefe de la Diócesis santotomeña dialogó con los periodistas Rubén Duarte y Darío Ramírez en el programa La Otra Campana, que se emite por LT7 Radio Corrientes en dúplex con LT25 Radio Guaraní de Curuzú Cuatiá. A continuación, una síntesis de esa charla:
La visita reciente del arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés, al Hospital de Campaña de Corrientes Capital, ¿qué reflexión le merece esto?
-Abona a lo que le hacía referencia, me parece que es un momento donde la necesidad vulnera una pretensión de la persona, del hombre y la mujer, que es la pretensión de la omnipotencia o de la independencia, de que solos no estamos. Creo que la necesidad nos hace darnos cuenta de que solos no podemos y que necesitamos de los otros y del Otro, con mayúscula. La presencia del Arzobispo, del Corpus Cristi, bendiciendo, la verdad es que me parece una cosa o una experiencia muy fuerte, porque es una experiencia que no solamente que viven con cierta satisfacción los que están enfermos, sino aquellos agentes de salud que realmente están muy cansados y dando la vida. En Goya hicieron una cosa muy parecida, estuvo el obispo monseñor Canecín también bendiciendo los distintos ámbitos del hospital y le tengo que decir que no nos pusimos de acuerdo, pero terminamos haciendo una cosa parecida. Nosotros estábamos en fase 3 cuando fue Corpus Cristi y no podíamos celebrar con asistencia de fieles y yo celebré la misa en la capilla del hospital, nosotros ahí tenemos la presencia religiosa. Celebré la misa diocesana que se siguió a través de las redes sociales. En el lugar donde habitan las únicas personas que viven las 24 horas en ese lugar, que son las hermanas misioneras franciscanas, que se conocen con el nombre de la hermana Tránsito Cabanilla. La verdad es que lo que hizo el Arzobispo y lo que intentamos hacer a través de estos gestos es, esto, estar cerca y acompañar en un momento muy dramático.
¿Qué tanto daño le ocasiona la pandemia a los correntinos?
-Se hace difícil cuantificar, hay una imagen que el Papa usa mucho, que la comenzó a usar al principio de su ministerio y fíjese cómo son las cosas de la vida, el habla de la Iglesia como hospital de campaña. A nosotros nos suena muy fuerte. Cuando quiere expresar esto, quiere decir que el hombre del siglo XXI, es un hombre muy herido. Esto lo decía sin la experiencia concreta de la pandemia, entonces lo que debemos hacer es más que dar recetas, curar sus heridas. Por eso, respecto del daño es muy difícil cuantificar, yo creo que en el después parte de la cuantificación va a ser… Incluso la reflexión de lo que ha pasado, no nos pongamos ahora a pensar de por qué ha pasado lo que ha pasado. Eso lo dejamos para otro momento.
Monseñor, ¿cómo se están realizando las actividades religiosas en el Arzobispado de Santo Tomé, en el marco de esta pandemia que nos sigue castigando?
-La verdad es como que se va, por un lado, con una demanda muy grande, de compañía, presencia muy grande que se va manifestando de diversas maneras. Una manera, la más conocida, son las celebraciones de culto, pero también hay otras maneras que se fueron canalizando en todo este tiempo, me consta porque nosotros tenemos varios pueblos; pero me consta que una gran tarea que hace la comunidad cristiana y los sacerdotes, es sostener la esperanza en un momento de mucha desesperanza. Todo da para que estemos bastante tristes y cabizbajos, una sensación de agobio. La verdad es que se van viabilizando distintos caminos, recursos, las escuchas telefónicas, los mensajes, las video-llamadas, el ejercicio que se va haciendo de la caridad, los grupos de escuchas… Todo esto va haciendo una gran red en el culto, en el acontecer, que va haciendo presente a la comunidad cristiana que quiere hacer presente al Señor la vida nueva, la certeza de la compañía de Jesús y la certeza de que todo este momento puede ser fecundo si se lo ofrecemos a Él. Y después con distintas otras realizaciones, la catequesis está realizándose de distintas maneras y como se puede, pero también van haciendo un lindo ejercicio y un lindo ofrecimiento que se le va haciendo al pueblo de Dios… Se hace en muchos casos, a través de las redes sociales y en algunos de los casos, de acuerdo a la situación sanitaria de cada lugar, de modo presencial, en alguna oportunidad también encontrándose con los padres. Hemos lanzado varias iniciativas online a toda la diócesis, que también nos va ayudando en esta perspectiva, le hablo de la catequesis. El domingo pasado hemos hecho una iniciativa que la vamos a llevar hasta fin de año, que es la formación de catequistas, lo hacemos online, una iniciativa linda. Estamos trabajando mucho también con las familias, un poco la pandemia ha puesto sobre el tapete la realidad de la familia, la necesidad que tenemos en ella y por tanto, de apuntalarla. Tenemos iniciativas también presenciales y online respecto a esto. Y después también, como le decía, con la celebración del culto haciendo lo que se puede, hay lugares donde hay una mayor flexibilidad porque la situación sanitaria es más serena, donde hay más presencia de gente. Por ejemplo, yo estuve el jueves celebrando las fiestas patronales de Ituzaingó, San Juan Bautista, ahí están en una situación sanitaria un poco más tranquila. Allí hay una oportunidad de una mayor presencia en la celebraciones, esto la gente lo disfruta y agradece muchísimo. Y en otras, por ejemplo, en Santo Tomé, estamos en fase 3 y hasta hace unas semanas celebrando afuera, lo cual significaba una fortaleza particular porque hacía frío y ahora estamos celebrando adentro, con 20 personas, con las puertas abiertas.
«A cada momento le basta su afán»
El 24 se celebra San Juan Bautista, (por la semana pasada) ¿Cómo se sigue adelante respecto a estas celebraciones?
-Hay un principio, que es bíblico además, que es: a cada momento le basta su afán. Creo que respecto a lo que va a pasar en el futuro, yo dejaría que en el futuro lo resolvamos. Ahora, lo que me parece importante es que atendamos el momento presente. Lo que usted hacía referencia es una cosa muy importante, porque en realidad en este programa hemos hecho mención a esto, hay una dimensión del hombre, de la persona, antropológica, que no puede prescindirse, que es la dimensión de la fiesta y de su fe. La verdad es que esto ha puesto de manifiesto alguna precariedad a la hora de la gestión de lo que ha sido la emergencia sanitaria. La dimensión de las fiestas, de la fe, hace a la dignidad de la persona. Por eso, en situaciones tan dramáticas, de emergencia y de tanta incertidumbre, creo que todos los que tenemos alguna responsabilidad de dirigencia tenemos que ver qué proponemos y como soslayamos los límites que tenemos. De hecho, hemos tenido experiencias muy lindas, donde hemos tenido que reprogramar cosas que se hacían de una manera que es imposible hacerlas. Por ejemplo, le cuento una experiencia que hicimos en Santo Tomé en las fiestas patronales en diciembre del año pasado. Habitualmente como suelen ser las fiestas nuestras, suelen ser muy populosas, donde participan 4 mil o hasta 6 mil personas, se hace la procesión, cada uno con su santo, etcétera… Eso era imposible, como sigue siendo imposible hoy. Entonces lo que propusimos es una caravana con la imagen de la Virgen. De hecho algunos con algún temor de cómo saldría y demás, pero nos encontramos con una sorpresa inmensa. La caravana se hizo con 440 autos y hemos podido visitar a todos los barrios y la Virgen visitó a toda la comunidad y a traerles fe, esperanza y caridad a cada uno de los santotomeños. Y nos encontramos que en los barrios más pobres, no dejaron de poner su estandarte, su altar, su vela, su Virgen de Itatí…
El auxilio espiritual también es necesario para los trabajadores de la salud, ¿verdad?
-Sí y si usted quiere y me permite, yo agrego el personal sanitario… pobre. Vi fotos del Arzobispo que iba bendiciendo con el Santísimo, incluso ayer me comuniqué con el Obispo de Goya y me decía justamente esto: «El personal de salud se acercaba». Y yo agregaría también el drama que vive la familia. Realmente, es indeseable, porque no tiene posibilidad de acompañar, contacto… La verdad es que desde la perspectiva de la familia, es una situación muy indeseable. Incluso, quizás en los pueblos un poco más pequeños como los nuestros, veíamos la pandemia un poco más de lejos, pero ahora vemos a conocidos, rostros conocidos que padecen la enfermedad y qué decir de la gente que fallece. Se notan lutos en las comunidades, hace poquitos días aquí en Santo Tomé murió una mujer muy joven… Había un ambiente de luto sin la formulación expresa de que estábamos de luto.