Luego de una extensa reunión fracasó ayer nuevamente otra audiencia paritaria entre Nación, la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) y los empresarios del transporte nucleados en la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap). Con todo, el sindicato de choferes anunció que quedó ratificado el paro de colectivos para mañana miércoles 13 y el jueves 14.
Al igual que en las últimas reuniones, los empresarios manifestaron no contar con recursos para hacer frente al reclamo sindical y no presentaron ninguna oferta. Por otra parte, los choferes consideraron que el salario «no es un costo» para ajustar y dijeron ser rehenes de intereses ajenos.
Este conflictivo marco, que se viene extendiendo hace semanas, tendrá ahora otro capítulo en el que los usuarios terminarán quedando en el medio.
Mientras los choferes del Interior del país reclaman una mejora salarial similar a la obtenida por los trabajadores del transporte del Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), cuyos salarios básicos superaron los 600.000 pesos en enero y los 700.000 en febrero, las empresas aseguran no contar con fondos para hacer frente a la situación.
Con el cambio de Gobierno nacional, se produjo un punto de inflexión en un servicio castigado desde hace años, que subsistía fundamentalmente por subsidios. La actual gestión decidió eliminar el fondo compensador del interior -principal fuente de ingresos para las empresas del interior del país- y aplicó una fuerte devaluación.
El resultado de las medidas se trasladó directamente al precio del boleto y el funcionamiento del servicio en muchas ciudades, aunque, para las empresas, estas medidas parecieran no ser suficientes en el contexto actual.
Así las cosas, el secretario de la Fatap, Gustavo Larrea anticipó que si continúa esta situación «no va a tardar mucho tiempo» en que las grandes capitales se queden sin el servicio de transporte como ya viene ocurriendo en algunas localidades del interior de las provincias. «Es un servicio que va camino a precarizarse», afirmó.
Todo hace prever que la relación tirante entre propietarios y choferes va camino a un empeoramiento en el vínculo.
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