Legisladores nacionales respaldaron un pedido de informes solicitado por el diputado de Propuesta Republicana, Martín Ardohain, dirigida al Gobierno nacional que autorice la importación de ese inóculo «posibilitando la competencia y terminando con el monopolio comercial de unos pocos privilegiados».
La iniciativa cuenta con el respaldo de los diputados: Sofía Brambilla, María Florencia De Sensi, Aníbal Tortoriello, José Núñez, Emmanuel Bianchetti, y Silvana Giudici.
En el mismo, el legislador reclamó al Ejecutivo que «haga cumplir la Ley 24.305 Programa Nacional de Lucha contra la Fiebre Aftosa, específicamente su artículo 11 referente a autorizar la importación de vacuna antiaftosa procedente de terceros países, bajo controles sanitarios y de calidad».
«Desde que asumió el Gobierno del presidente Milei, se hizo hincapié en la necesidad de un ajuste fiscal y en paralelo destrabar y terminar con los kioscos de la casta que sólo benefician a unos pocos privilegiados en detrimento del resto de los ciudadanos, medidas que resultaron indispensables para amortiguar el impacto de la herencia recibida y terminar con la decadencia kirchnerista», argumentó el legislador, enfatizando en que: «El presente proyecto pretende poner sobre el tapete un tema importante que atraviesa al campo, específicamente a los productores agropecuarios, los cuales están sufriendo el golpe económico de la fuerte suba que tuvo la vacuna contra la aftosa, la cual se vende en nuestro país cuatro veces más cara que los precios de países que no la producen y la importan».
«Históricamente en nuestro país, existe una estructura significativa de laboratorios de carácter nacional y este caso no es la excepción, existiendo varios laboratorios productores de la vacuna contra la aftosa. A raíz de ello, es que sorprende el valor de la misma siendo nosotros mismos productores», se expresó el diputado Ardohain, dando cuenta que la situación «no sólo pone a los productores en aprietos económicos, sino y lo que es peor es el mayor costo de producción».
Amplias diferencias
De acuerdo al Departamento de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, los productores argentinos pagan cerca de 2 dólares oficiales por cada dosis, cuando en Brasil, Paraguay, Uruguay o Bolivia, se pagan en promedio entre 35 y 75 centavos de dólar.
El principal proveedor histórico del medicamento es el laboratorio Biogénesis Bagó, que incluso exporta la vacuna hacia todo el mundo. Pero hay otras empresas menores que también se alinean con el precio de mercado fijado por esa compañía.
La Argentina acaba de poner en marcha su primera campaña de vacunación de la temporada 2024, y hay cerca de 52 millones de cabezas de ganado bovino que deben recibir su respectiva dosis. A cerca de 2 dólares por vacuna, se trata de un costo superior a los 100 millones de dólares, que volverá a repetirse en el segundo semestre del año, aunque no en todas las categorías ganaderas.
«Tenemos dos alternativas: o se pone en marcha un plan para mitigar el elevado costo que tiene la vacuna, sabiendo que la mayor parte del ganado argentino se encuentra al norte de la barrera sanitaria, que demanda la vacunación obligatoria, o habilitamos la apertura de importaciones a vacunas procedente de otros países con el objetivo de contener los aumentos que aplican las empresas locales y terminamos con el privilegio de una o unas pocas empresas», indicó el diputado Martín Ardohain.
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