A fines de febrero, el Ministerio de Salud Pública de la Provincia dio a conocer un preocupante comunicado. «Tras la confirmación de un caso en un murciélago en el predio de la Facultad de Veterinaria, se llevan adelante tareas como vacunación de mascotas en un radio de 200 metros», informó la cartera y remarcó el inmediato operativo sanitario en la zona donde encontraron al animal infectado. No es la primera vez que se detecta la enfermedad Corrientes, pero la alerta se disparó para evitar que se disemine y afecte a las personas.
La provincia es una de las pocas en el país donde se registraron muertes humanas por casos de rabia. El último registro data de 2001 y fue, precisamente por la mordida de un murciélago hematófago, es decir, que se alimentaba de sangre. En ese caso, la víctima fue un hombre que llegó demasiado tarde para que pudieran realizarle el tratamiento.
ANTECEDENTES
LOCALES
En Corrientes se detectaron desde entonces brotes de rabia paresiante o bovina, transmitida por el murciélago común y que afecta principalmente a este tipo de ganado y a los caballos, según detalla el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria. Son casos que deben ser informados de inmediato a las autoridades sanitarias porque pueden resultar afectados los animales domésticos y el hombre, si tienen contacto con el foco.
Fue lo que ocurrió en marzo de 2017, cuando un murciélago atacó sin motivo aparente a un hombre que caminaba por las calles del barrio Cambá Cuá de la Capital. El animal estaba infectado y lo contagió, pero la rápida atención permitió que el tratamiento se le realice a tiempo y así salvó su vida.
Lo de la inmediatez en la consulta médica tras ser mordidos por un animal infectado, es lo que marca la diferencias entre la vida y la muerte.
El Ministerio de Salud de la Nación lo advierte claramente: «Una vez que comienzan los síntomas, es una enfermedad que no tiene cura y produce la muerte».
Reacción inmediata y trabajo con la comunidad
Sobre el caso confirmado a fines del mes pasado, el Ministerio de Salud Pública de la Provincia y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste reaccionaron de inmediato y en conjunto, con acciones de prevención en toda la zona lindante al campus universitario. Una de las medidas fue fortalecer la cobertura de vacunación antirrábica en caninos y felinos, en un radio de 200 metros a la redonda de donde se encontró al murciélago infectado muerto.
«También, se refuerza la vigilancia de rabia animal y se fortalece la vigilancia epidemiológica de accidentes potencialmente rábicos en humanos con el objetivo de aplicar las medidas adecuadas y oportunas de control correspondientes con la aplicación de vacunas para tratamiento profilaxis de pre o post exposición según corresponda», agregaron las fuentes ministeriales.
Por su parte, desde la Facultad de Ciencia Veterinarias detallaron en qué consistieron las acciones más urgentes. «Ante la situación, se definieron los 200 metros desde donde se encontró al animal y se inició la investigación, recorrido casa por casa para la detección de síntomas de la enfermedad y prevención a través de la vacunación de animales de compañía, con la finalidad de llegar a un porcentaje de cobertura del 90 por ciento», precisaron y agregaron que el área de acción comprendió a la que está entre las calles Paraguay, Vélez Sarsfield entre Coronel Baibiene y el río Paraná.
También remarcaron que el punto de vacunación estaba disponible en el predio de la Facultad, de lunes a viernes de 8 a 12. Los vecinos también debían participar de charlas informativas que se desarrollarán en la escuela Regional, en el predio universitario y en el centro de salud que hay en la zona.
La clave entre la vida y la muerte
La rabia es prevenible a través de la vacunación, tanto en animales como en humanos. Vacunar a los perros y gatos desde los tres meses de edad, y una vez por año durante toda su vida, es la principal forma de evitar la enfermedad. Otras recomendaciones importantes son: si se encuentra un murciélago, lo aconsejable es no tocarlo. Avisar al centro de zoonosis municipal lo retiren y envíen al laboratorio para su análisis; en caso de mordedura de un animal, lavar la herida con abundante agua y jabón, no colocar alcohol ni otro desinfectante, e ir rápidamente al centro de salud más cercano para ser evaluado por un médico; cuando esté indicado, debe aplicarse la vacuna antirrábica humana lo más inmediatamente posible.
Si hay síntomas, ya es tarde
En las personas los síntomas que deben hacer sospechar el diagnóstico de rabia van desde fiebre, inquietud, dificultad para tragar, dolor de cabeza, sensación de hormigueo en el sitio de mordedura o lamedura, días después de haber sido agredido por un animal. En los perros y gatos hay cambios de comportamiento, agresividad, salivación excesiva, imposibilidad de ingerir alimentos o agua, pupilas dilatadas, convulsiones, parálisis y muerte. En cualquiera de los casos, ya es tarde. Para entonces, el virus se encuentra en la etapa final y el paciente tiene nulas esperanzas de sobrevivir. Es por eso que la tenencia responsable y la consulta inmediata, marcan la diferencia entre la vida y la muerte.
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