«No busquen entre los muertos al que está vivo. El crucificado es ahora el resucitado. La muerte ha sido vencida. Dios es el amigo de la vida y está de parte de los crucificados y no de los que crucifican. Que nuestro compromiso sea amar la vida, defenderla siempre y estar cerca de los humillados y despreciados que son crucificados de tantas formas», es el eje del mensaje que gravitó en parroquias, capillas de barrios y del campo correntino en los días de la Semana Mayor, la Semana Santa, de los cristianos y de toda persona de buena voluntad.
Tampoco faltó la exhortación al perdón y la reconciliación, como hizo Jesús a punto de morir de manera horrorosa pese a ser inocente de toda acusación, como relata el texto bíblico.
Tal como sucedió en Curuzú Cuatiá en la oración del Vía Crucis de la ciudad, ritual al cual el intendente, José Irigoyen y funcionarios municipales se unieron para conmemorar tan significativo hecho para la fe cristiana en todo el mundo.
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