A pocos días de la sesión definitiva para abordar la actualización tarifaria del transporte público, el presidente del Concejo Deliberante capitalino, Marcos Amarilla salió a marcar la cancha sobre un costo que supere los mil pesos, en un contexto de fuerte escalada inflacionaria.
«Nosotros entendemos que el boleto tiene que estar a menos de mil pesos, pero no se descarta otro aumento en el transcurso del año. También entendemos que estamos en un país que se está acomodando, por eso no está definido si será éste el último aumento de 2024 y se tiene que ir analizando toda la situación», puntualizó el titular del cuerpo orgánico, desplazando la posibilidad de que se instrumente a la brevedad lo dispuesto por el Sistema Integrado de Movilidad Urbana (Simu) que estimó un nuevo valor, entre 1.080 y 1.084 pesos.
La propuesta de la Presidencia deliberante ya fue anticipada por otros ediles oficialistas que abogan por un incremento «racional» para los usuarios, avizorando además que en el transcurso del año habría otros retoques en la cuestión tarifaria.
Las voces críticas durante la celebración de la última audiencia pública también fueron un factor para reconsiderar una suba escalonada.
Entre los expositores del pasado viernes se contaron al defensor de los Vecinos, Agustín Payes, al senador provincial, Martín Barrionuevo y referentes vecinales.
Hay que puntualizar que con el boleto de colectivo a 1.084 pesos un trabajador que necesita utilizar 4 pasajes por día gastará 4.336 pesos en la jornada, 21.680 por semana y 86 mil pesos al mes; lo que representa el 23 por ciento de un salario promedio para quien tiene un empleo estable y en blanco.
Hace diez años el precio del boleto urbano en el salario promedio representaba sólo el 1,44 por ciento. Según Amarilla, hay dos razones para avanzar con un antipático remarque. «Uno es el tema de los subsidios que enviaba Nación, que se tenía contemplado y ahora ya no existe. Eran casi 250 millones y ya no se cuenta con ese aporte y la otra es la cuestión salarial. La UTA reclama un monto que no está derogado todavía y se establece un sueldo de 750 mil pesos de básico, mientras que el gremio reclama 950 mil pesos, el aumento de costo del gasoil y otras cuestiones que también son importantes en el momento de hablar de la suba del boleto», puntualizó el ex director del Instituto de Previsión Social (IPS), que por estas horas intenta surfear las aguas de los intereses empresariales, la economía de los contribuyentes y la coyuntura política.
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